La izquierda lleva al Parlamento su rechazo a la reforma laboral la víspera del 29-M
El Gobierno subraya que no retrocederá sea cual sea el resultado de la protesta porque está en juego salir de la crisis
MADRID.Actualizado:La tensión por la huelga general llegó al Parlamento la víspera del 29-M. Los partidos de izquierda llevaron al Congreso de los Diputados su rechazo a la reforma laboral del Gobierno, que consideran una agresión a los derechos de los trabajadores sin precedentes en la reciente historia democrática.
PSOE e Izquierda Unida, envalentonados por los resultados electorales de Andalucía y de Asturias, aprovecharon la sesión de control al Ejecutivo para atacar su política de empleo mediante preguntas, interpelaciones e incluso la exhibición de carteles en contra de la reforma laboral desde los escaños de los diputados de IU, actitud que provocó llamadas al orden desde la Presidencia. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguró a la salida del Pleno que el Gobierno no piensa «retroceder» ante la huelga porque está «en juego» salir de la crisis. El responsable de Economía, Luis de Guindos, reiteró que el gabinete de Mariano Rajoy no variará «ni un ápice» la reforma laboral «ni su agenda reformista».
Los grupos de izquierda centraron su ofensiva en la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y en la titular de Empleo. Fátima Báñez tuvo que responder a cuatro preguntas sobre la reforma laboral y fue retada por el coordinador federal de IU, Cayo Lara, a acudir hoy a la huelga a «mirar a los ojos a los trabajadores» para palpar su «sufrimiento». La ministra no se arrugó y echó en cara al líder de la coalición de izquierdas que él hará «lo fácil, que es esconderse detrás de una pancarta», en vez de enfrentarse a «lo difícil», que sería «dar soluciones» a los problemas.
Abrió fuego en la sesión la portavoz del Grupo Socialista, Soraya Rodríguez, quien criticó la falta de acuerdo social que precedió a la aprobación del decreto ley con que Mariano Rajoy consagró el abaratamiento general del despido y la quiebra del anterior equilibrio de fuerzas en las relaciones entre trabajadores y patronos. Una falta de diálogo que los sindicatos denuncian desde que la reforma laboral vio la luz el pasado 10 de febrero, y que han convertido en una de sus armas para desacreditarla.
La diputada socialista reclamó a la vicepresidenta la retirada definitiva del vídeo promocional de la reforma laboral que publicó el Ministerio de Empleo, en el que se afirma que el decreto ley es fruto del diálogo con los agentes sociales y cuya difusión tuvo que suspender el Ejecutivo por orden de la Junta Electoral hasta pasadas las elecciones del pasado domingo. Soraya Rodríguez dijo que el vídeo es «ilegal» y «mentiroso» pues, explicó, no ha habido diálogo social de ningún tipo para sacar la reforma adelante.
Al encontrarse el presidente del Gobierno de viaje, le correspondió a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, recoger el guante. Recordó a la diputada del PSOE que en 2010 hubo otra huelga general, entonces contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y también en aquellas fechas los sindicatos reclamaron más diálogo. Sáenz de Santamaría señaló, además, que en 2010 el actual líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo de su reforma laboral que «está aprobada y no se va a tocar» pese a las demandas de las centrales. «Para ustedes el diálogo social es una excusa para no gobernar cuando están en el Gobierno y un eslogan cuando están en la oposición», resaltó la vicepresidenta. Rubalcaba, presente en la sesión, no intervino.
«Flexibilidad»
Fue la ministra de Empleo quien, en una intervención posterior, defendió el vídeo y la propia reforma laboral. La filmación pretende, explicó, dar a conocer a los ciudadanos las medidas tomadas contra el paro. Fátima Báñez aseguró que la clave de la norma es la «flexibilidad frente al despido» y desveló que, desde que fue aprobada hace mes y medio, ya se han firmado diez mil contratos indefinidos en empresas de menos de cincuenta trabajadores. «Que esas diez mil personas ya tengan una ilusión y un proyecto profesional es lo que necesita este país». Y resaltó que la reforma tiene como objetivos frenar la destrucción de empleo y crear nuevos puestos estables y de calidad.
Cristóbal Montoro fue el más contundente al hablar de la huelga. El envite sindical, avisó, no hará «retroceder» al Gobierno, porque está en juego superar una crisis que ha dejado a España en «situación límite». El responsable de Hacienda no quiso hacer pronósticos sobre el respaldo que tendrá la protesta. «La disyuntiva no es si la huelga general es más o menos seguida, sino si se sale o no de la crisis». «Eso es lo que está en juego, y ante eso el Gobierno no va a ceder», consideró.
Montoro señaló que la reforma «está hecha para modernizar nuestras relaciones laborales y es absolutamente necesaria para que España pueda crear empleo y favorecer la confianza». Su compañero Luis de Guindos coincidió con Báñez en que la reforma es el «mayor esfuerzo» acometido para flexibilizar y modernizar el mercado de trabajo en los últimos treinta años. Guindos confió en que la jornada de hoy será «tranquila y civilizada» y permitirá el ejercicio de los derechos a la huelga y al trabajo.