Un predicador marroquí autoriza la masturbación femenina
Autoriza a una mujer a usar verduras y objetos para masturbarse y no caer así en las relaciones extramatrimoniales
RABATActualizado:La 'fetua' (edicto religioso) que emitió un predicador con la que autoriza a una mujer a usar verduras y objetos para masturbarse y no caer así en las relaciones extramatrimoniales ha desatado una polémica en Marruecos y ha replanteado el tema de canalización y la influencia de estas 'fetuas'. La 'fetua' del polémico predicador marroquí Abdelbari Zamzami, emitida hace unos días, autoriza a una mujer soltera a masturbarse usando zanahorias, botellas o hasta el mango de un almirez, ya que eso le impedirá "caer en el pecado".
El ministro de Asuntos Islámicos marroquí, Ahmed Taufiq, se ha visto obligado a intervenir en el Parlamento y aclarar que la 'fetua' de Zamzami no deja de ser una "opinión personal", después de que un diputado lo interpelase por el carácter caótico de la emisión de 'fetuas' en Marruecos, según informa un diario electrónico. Por su parte, Zamzami ha indicado su sorpresa por las críticas desatadas contra su 'fetua' y ha subrayado que no ha sido el primer estudioso musulmán que diserta sobre la masturbación.
Zamzami ha precisado que esta 'fetua' "no es de obligado cumplimiento" porque se dirige solo a la persona que "lo necesita", y ha especificado que está destinada especialmente a las mujeres que tienen "impedimentos" para casarse.
Oleada de críticas en las redes sociales
La 'fetua' de Zamzami desató en las redes sociales numerosas críticas y comentarios de indignación, y han sido numerosas también las caricaturas publicadas sobre el mismo tema.
Un conocido jeque de tendencia salafista llamado Mohamed Fizazi dijo por su parte que "esta 'fetua' es una locura, y supone un menosprecio por la sacralidad de la 'fetuas' (...) Podría haber emitido su 'fetua' en privado a una mujer, sin necesidad de hacerla pública; así, se ha puesto en ridículo".
El jeque Zamzami es conocido por sus polémicas 'fetuas' de contenido sexual; la última de ellas, que también levantó oleadas de indignación, autorizaba a los hombres a practicar la necrofilia, siempre que lo hicieran con sus esposas "recién muertas".