FINCAS CERRADAS
Actualizado: GuardarCuando un grupo de personas se ve con ganas de hacer un proyecto en forma de negocio, asociación etc. que necesite de un local de trabajo, reunión... y comienzan a buscarlo en Cádiz, se encuentra con la situación de observar la cantidad de oportunidades urbanas que puede haber en esta ciudad. Lo nefasto es cuando esa oportunidad se vuelve desilusión al ver la gran oferta que no quiere ser explotada como tal, o el inconformismo de los propietarios a la hora de disponer ese local o finca para su alquiler. La venta, principal opción, hoy en día es rocambolesca puesto que nadie está dispuesto ni a hipotecarse ni a correr ese riesgo. El número de inmuebles con esta situación en Cádiz es bestial, con propietarios que piensan: «Para alquilar por mil euros, prefiero tenerlo cerrado». Mil euros es un gran esfuerzo por parte de los futuros emprendedores. Mil euros significa doce mil al año, y si eres un buen «casero» puede convertirse en una recomendación para otros emprendedores que quieran hacer algo similar. Acumular propiedades hemos visto que no es significado de solvencia económica, sino más bien al revés, es una situación de continuas peleas con bancos y subida de impuestos. Muchos propietarios de esta ciudad desconfían de las personas que necesitan su local. Ven ese «negocio» como algo incómodo y lleno de dificultades, más que con una visión de futuro. Entendemos también que el propietario no quiera arriesgarse porque las leyes actuales no lo protegen demasiado si esa operación no sale bien y le destrozan su local, pero estas situaciones es como el amor, no porque salga mal una vez, tiene que salir igual la segunda. Debemos tener conciencia de la cantidad de espacio cerrado, no ya infrautilizado, que tenemos en el centro de Cádiz. Hay modos para que los gaditanos tomemos conciencia de ello. Es una forma de coser una taza resquebrajada, pero no rota del todo. Proponemos comenzar una acción, fácil y rápida como es empapelar aquellos locales o fincas que estén cerrados y no tengan un cartel de «se alquila» en sus fachadas, que no tengan esa intención de servir, no ya a la ciudad, sino a la gente que tenga ganas de hacer cosas y por ello a que directamente el propietario se beneficie de ello. Salimos ganando todos. Cuestión de analfabetismo incluso en la gente con recursos.