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El papel clave de la Virgen de la Caridad del Cobre

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La Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, es un elemento central en la recuperación de espacio público de la Iglesia cubana. También lo es de la visita de Benedicto XVI, que visita hoy el santuario y llega como peregrino a los 400 años del hallazgo de la figura. Según la leyenda, fue encontrada en el mar por tres pescadores. Todos los cubanos, creyentes, comunistas o de otras confesiones, le tienen devoción, incluidos los santeros, que la identifican con la diosa Ochún. Los balseros iban a pedirle suerte antes de partir y hasta las autoridades de EE UU enviaban al santuario las listas de los que habían llegado. El propio Fidel Castro dejó sus armas en el templo, porque su madre había hecho una promesa a la 'Virgencita' para que él y su hermano Raúl salieran vivos de Sierra Maestra.

Ahora las vitrinas del templo están llenas de pelotas de béisbol, camisetas de fútbol y cientos de ofrendas. Los regalos se van guardando en las torres y entre ellos está la medalla del premio Nobel de Hemingway, que la envió a la Virgen. Fue lo único que intentaron robar una vez. El templo, a 22 kilómetros de Santiago, fue construido en 1927 por el arzobispo de Santiago, el vizcaíno Valentín Zubizarreta Unamunsaga. El domingo por la tarde estaban ocupados en bajar la imagen para llevarla a la ciudad a la misa de ayer. «Fíjese bien, que es histórico, la quinta vez en 400 años», decía Carmiña Sánchez, una monja gallega del Sagrado Corazón de Jesús. Cree que la visita del Papa tendrá un gran efecto: «Verá cómo se disparan los bautizos». Está asombrada de cómo están cambiando las cosas tras tantos años de inmovilismo.