«Esta es mi última elección; después tendré más flexibilidad»
NUEVA YORK.Actualizado:En el año que se juega la reelección, Barack Obama llegó a Seúl con el firme propósito de no añadir más tensiones a las delicadas relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Las dos potencias han sido incapaces de entenderse en las vías para contener la violencia en Siria o en el plan nuclear iraní, pero más complicado lo tienen para discutir sobre el sistema de misiles que la OTAN pretende instalar en Europa del Este.
Con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, listo para escenificar la oposición frontal de su país a tal amenaza, el mandatario estadounidense le echó el brazo por el hombro en una reunión informal y le pidió una tregua. «Esta es mi última elección; después tendré más flexibilidad», dijo Obama casi al oído a su homólogo. «Entiendo. Le transmitiré esta información a Vladímir (Putin)», contestó Medvédev. La conversación fue captada al final de una reunión de 90 minutos, cuando los reporteros entraron a la sala para tomar una rápida foto de los mandatarios.
El problema de esas palabras dichas para no trascender es que fueron captadas a la perfección por un micrófono abierto, convirtiendo el asunto en munición de alto calibre para los candidatos republicanos que luchan por la presidencia. La Casa Blanca apenas tardó unos minutos en lanzar un mensaje para contrarrestar los efectos del vídeo, que ayer acaparó las portadas de los todos los informativos. Las palabras de Obama, señaló un portavoz, «reflejan la realidad de los temores políticos» de EE UU y Rusia de que este año será «difícil» tratar «sus enormes diferencias sobre el escudo antibalístico que la OTAN pretende emplazar en Europa del Este.
La OTAN insiste en la necesidad de un despliegue que está diseñado para dar protección contra un ataque potencial iraní, pero que jamás será utilizado contra Rusia. Moscú rechaza de plano el sistema porque será desplegado a pocos kilómetros de su frontera y atenta contra su soberanía.