AISLADOS
BUENO POR CONOCER Actualizado: GuardarCada vez más nuestra vida de relación se realiza a través de una pantalla. Del móvil, del ordenador, del Ipad, del teléfono móvil. Es a través de esa «ventana» por donde recibimos diariamente casi toda la información sin apenas tiempo de reacción. Poco a poco se va conformando una nueva forma de relaciones personales. Se ha llegado a hablar incluso de una personalidad oculta que sólo se manifiesta cunado nos relacionamos de forma «virtual». Delante de esa ventana al exterior sufrimos una transformación que disfraza nuestra verdadera personalidad. Cualidades como la grandiosidad, la oscuridad, el narcisismo, el hedonismo, la impulsividad, la impunidad, la necesidad de aparentar juventud, el anonimato, conforman una mezcla que para algunos puede ser irresistible.
A través de las redes sociales estamos conectados en tiempo real con el mundo, desde una irrealidad conformada de acuerdo a nuestros deseos y aspiraciones. Sin derecho a replica podemos recibir tanto las lisonjas más hiperbólicas como los insultos mas vilipendiosos. Te encuentras indefenso, eso sí vigilado por el Gran Hermano.
Los juegos en la red se han convertido en la forma de pasatiempo más usada por muchas personas jóvenes, y no tan jóvenes. Incluso se llegan a publicitar lugares virtuales de juegos donde los niños pequeños, conectados a su ordenador, pueden «jugar» con otros niños, eso sí, bajo la vigilancia estricta y la tutela supervisora de sus progenitores. Atrás quedan los juegos infantiles en plazas y parques públicos, donde además de realizar una actividad lúdica y creativa al aire libre, se sentaban las bases de unas relaciones sociales armoniosas y asertivas. Lejos y caducos quedan esos juegos que favorecían un desarrollo acorde con las habilidades motoras.
A finales de la década de los noventa, en Japón, se empezó a detectar un problema grave de aislamiento en personas jóvenes. Le dieron el nombre de Hikikomori «confinarse en uno mismo». Según las estadísticas ha podido llegar a afectar a un diez por ciento de la población ventiañera. Aquí en España ya se han detectado casos graves. Son jóvenes que poco a poco van rechazando toda relación con el mundo exterior. Su mundo no va más allá de su habitación. Encerrados en ella perciben la realidad a través del ordenador, la televisión o los videojuegos. Poco a poco se convierten en excluidos sociales y precisan de ayuda para recuperar las habilidades sociales perdidas.
El mito de la Caverna de Plantón nos sitúa en el plano de las dos realidades. La real y la que percibimos. La disyuntiva traumática se produce cuando no sabemos distinguir una de otra.