EL JUEGO DE LA SILLA

Día de cambios, al menos de hora. Donde eran ayer las ocho, hoy serán las nueve, una hora más de espera, de cambio... de horario. Curiosamente cuenta la historia que el cambio de hora alude a varios motivos, principalmente económicos, y por eso adquiere esta mañana de final de mes un mayor significado, en todos los sentidos, aunque no para los ciudadanos llamados a las urnas. Sospecho que la abstención será el cambio más objetivo en las elecciones andaluzas de hoy, lo huelo en la calle, en una campaña aburrida, que no ha llegado a los hombres y mujeres con derecho a voto, con derecho a decidir si hoy quieren un cambio y si el jueves quieren ir a trabajar sin miedo a que un piquete les acribille su decisión democrática de acudir a su puesto de trabajo. En la cola del Mercadona escucho a dos señoras el viernes, una le dice a la otra: «El domingo estoy en el campo». La otra le responde: «¿No vas a votar? Hay elecciones». La buena mujer le mira con cara de sorpresa: «¿Elecciones de qué?». Este es el mejor pulsómetro para conocer que los partidos no han llegado donde tenían que calar con sus mensajes de cambio. Ni encuestas, ni orquillas, ni ná de ná. El buzoneo de la propaganda mezclado con las ofertas del Telepizza tampoco funciona. Soy más partidaria del megáfono de toda la vida y la pegada de carteles con la cola que huele, así al menos más de uno se pensaría hoy en irse al campo o a su colegio electoral.

Puede que para muchos hoy acabe el juego de la silla, ese que queda en el recuerdo de los de mi quinta cuando los cumpleaños se celebraban en casa en torno a la tarta casera de mamá. Pero como todo cambia, hasta el juego de la silla adquiere tintes de tabla de salvación para aquellos que, en los últimos meses, dan vueltas en busca de una plaza que les amarre su puesto de trabajo si cambia la tortilla política. Si existiera una verdadera transparencia política, quien entrase a gobernar supervisaría las plazas creadas en los últimos seis meses y encontraría más de una sorpresa. Como no quiero olvidar a mis seguidores del 'wikiliki dersas', después de dos semanas fuera de cobertura en este espacio de LA VOZ, me cuentan que la semana pasada, casualmente a pocos días de las elecciones se han aprobado unas pocas de interinidades en cada categoría profesional en el hospital Puerta del Mar, mientras Autonomía Obrera denunciaba en su blog las contrataciones irregulares. En la Plataforma de Contratación del SAS ubicada en la Zona Franca, -perdón, que ahora se llama Plataforma Provincial de Logística Integral (lo mismo es Concha que Conchita, como diría mi amiga, con esa manía de cambiar los nombres)-, más de lo mismo. Dará que hablar.

En fin, la semana que viene hablaremos del Gobierno, como decían mis adorables Tip y Coll.