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FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

'Manita' terapéutica

Un Madrid herido arrolló a una Real Sociedad que salió derrotada de antemano con una zaga de cinco

I.TYLKO
MADRIDActualizado:

A pesar de que la victoria del Barça en Mallorca acortaba la ventaja a tres puntos de forma provisional, en ningún momento hubo duda de que un Madrid rabioso ganaría fácil a una Real Sociedad timorata y blanda, derrotada desde el momento en el que Montanier decidió jugar con tres centrales. Por mucho que luego dispongas de notables como Griezmann, Xabi Prieto o Agirretxe, es difícil poner al líder en apuros con hasta ocho jugadores casi siempre por detrás del balón. Ymucho más si a las estrellas rivales apenas las vigilas con la mirada.

Esta vez, el equipo de Mourinho -castigado lejos del banquillo por sus excesos verbales y gestuales en El Madrigal- no se podía andar con contemplaciones. No estaba para trivotes, ni sistemas conservadores que se vuelven de alto riesgo si el resultado, como en Vila-Real, no acompaña. Con Kaká, Cristiano, Higuaín y Benzema juntos, la consigna fue de ataque total. Habría que preguntarse por qué el Madrid no utiliza siempre este método y a veces se empequeñece en función del rival o de los miedos del técnico portugués. Semejantes bestias son irrefrenables cuando se despliegan en ataque. El perseverante ‘Pipa’ y el versátil Karim, un prodigio de técnica, mezclaron bien toda la noche.

Tras dos disgustos consecutivos, un extravío colectivo desproporcionado y un sospechoso silencio impuesto por el técnico, correspondía hablar sobre el campo y dar buena cuenta del rival de turno. La Real fue un adversario idóneo para pagar los platos rotos. Si el Bernabéu ya es un feudo de por sí complicado, se hace invulnerable cuando las aguas bajan revueltas. Hasta la grada estuvo más ambientada de lo habitual, dispuesta desde el calentamiento a apoyar a un grupo herido.

Tsunami blanco

No habían pasado ni diez segundos cuando Cristiano cogió un balón en banda izquierda y se pegó un sprint de 50 metros para internarse en el área y acongojar del todo a los donostiarras. Preludio de lo que llegaría después. Tardaron poco en asociarse Benzema e Higuaín, que firmó el primero con un disparo raso que se comió Bravo. En pleno tsunami blanco, Cristiano dispuso de dos grandes ocasiones que perdonó de forma inusual. Primero, se metió hasta la cocina pero estampó el balón contra el muñeco. Luego, cabeceó mal un centro de Ramos que era medio gol. A la tercera, ya no falló y firmó su gol 100 en la Liga. Gran contragolpe, asistencia de Kaká y remate después de controlar y acomodarse el esférico a su pie derecho.

La Real metía mucha gente por dentro pero dejaba libres los costados y no encimaba. Es difícil poder defender peor en la elite. Mal en el achique, peor en la presión y nula en las disputas. El tercer gol fue una maravilla, aunque también contó con la colaboración de Cadamuro, que primero se quedó muy retrasado y luego permitió hacer a Benzema. Pero el pase en largo del tolosarra Xabi Alonso, el control de Benzema y su toque bombeado, relucían de puro brillo. Hizo un amago la Real de meterse en el partido con el afortunado tanto de Xabi Prieto, ya que su disparo lo desvió Ramos, pero ninguno de sus hombres creyó en la épica.

Los blancos salieron con decisión también en la reanudación. No era el día de marear la perdiz sino de cazarla. Con ventaja y al contragolpe, ya se sabe que este Madrid es el mejor equipo del mundo por rapidez, potencia y contundencia. Ya sin Mikel González, la Real pasó a jugar con la zaga convencional. En realidad, el conjunto ‘txuri urdin’ no compareció. Un gran pase de Khedira, interesante ‘box to box’ cuando se despliega como hace en la selección alemana, permitió a Benzema volver a lucir como goleador. Y minutos después, fue Cristiano el que rubricó la contra. Sorprendió que a la hora de dar minutos a Sahin, Jesé y el perdonado Coentrao, no descansara Xabi Alonso, que rozó la segunda amarilla en un pisotón por llegar tarde. A base de goles, el Madrid alejó los fantasmas. Se supone que en Pamplona encontrará más dificultades. Una ‘manita’ balsámica.