FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

El Barça saca su lado práctico para derrotar al Mallorca

Messi y Piqué anotan los tantos del triunfo para los de Guardiola y siguen con la presión al Madrid

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Con un partido bastante gris, condicionado por su inferioridad numérica y resuelto por la vía práctica, el FC Barcelona puso este sábado en Palma de Mallorca una piedra más en lo que desde Can Barça se llama operación remontada. La liga ya no es un imposible para los de Guardiola, que se han propuesto meter presión al Madrid hasta el final del curso.

La derrota en Pamplona disparó todas las alarmas hace mes y medio y desde entonces el cuadro catalán ha encadenado siete victorias consecutivas, que han animado el campeonato. El último triunfo, ante un Mallorca que goza de una posición cómoda en la tabla y que sorprendió en la primera parte en Son Moix al planteamiento de Guardiola con un juego muy directo y rápido por las bandas.

El de Santpedor, conociendo la trayectoria de Caparrós, esperaba a los bermellones más cerrados atrás, por lo que decidió solventar la ausencia de laterales (Abidal, Alves y Adriano eran bajas) con una defensa de tres, que no acabó de carburar demasiado. Y es que, sin un marcador fijo, Chori Castro encontraba una autopista por su banda, ya que el encargado de hacerle la cobertura era Thiago, sustituto de Xavi, más pendiente del juego de ataque que de pensar en recular ante las embestidas del rival. Por tanto, el Mallorca, sin hacer demasiado, daba la sensación de peligro, sobre todo con la movilidad de Pereira, Álvaro y Víctor, y el dibujo del Barça no convencía del todo.

Pero el Barça no siempre necesita controlar los partidos para ganarlos. A falta de juego, tiene pegada y sabe aprovechar las jugadas de estrategia. Cerca de la media hora, Messi botó una falta de forma endiablada y en un principio dio la sensación de que Alexis tocó lo justo con la cabeza para anotar el primero. Sin embargo, el árbitro interpretó que nadie rozó la falta sacada por Messi y adjudicó el gol al argentino. Con muy poquito, el equipo azulgrana se ponía por delante.

Tras el gol, Guardiola movió ficha y corrigió su planteamiento inicial. La fuga de agua de la banda derecha la solventó retrasando a Busquets al eje de la defensa. Con cuatro en la zaga y con un gol a favor, el cuadro barcelonés se asentó en el campo, dominó el espacio y contemporizó todo lo que pudo. No era en cambio un día de fútbol brillante, sino de juego práctico y de sufrimiento. Porque, ya en la segunda parte, cuando aún quedaba más de media hora, Thiago fue expulsado por doble amarilla (la segunda, por una mano bastante dudosa), lo que revolucionó el partido. Al Barça le entró un poco de miedo, Caparrós se la jugó y puso toda la carne en el asador (acabó casi con cinco arriba: Castro, Pereira, Hemed, Víctor y Alfaro). Con 10 blaugranas, las fuerzas se igualaron. El Mallorca apretó y el Barça se atrincheró en su defensa con la idea de que entre Messi y Alexis pudieran cazar alguna contra que finiquitara el choque. La rúbrica llegó, no obstante, de la forma más insospechada. Porque a pesar de que el Barça estaba en inferioridad, Piqué se fue al ataque y supo aprovechar el rechace de una gran jugada de Messi, que estrelló un disparo al palo.