Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
MUNDO

Sobresaltos para Benedicto XVI en su viaje a México y Cuba

Víctimas de pederastia de los Legionarios y los disidentes de la isla, apartados de la agenda oficial, agitan el viaje que emprende hoy el Papa

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ
LA HABANA.Actualizado:

Benedicto XVI vuela hoy a México, primera escala de un viaje de seis días que luego le llevará a Cuba. Tenía una asignatura pendiente con la Iberoamérica de habla española, pues solo visitó Brasil en 2007. Para sus críticos, es prueba de su visión eurocentrista. Es el primer viaje del año y pondrá a prueba su estado físico, que da síntomas de deterioro. Cojea de la pierna derecha, apenas ve por el ojo izquierdo y se fatiga ostensiblemente. Se tomará el viaje con calma. Apenas llegado a Guanajuato, el único Estado que no pisó Juan Pablo II y el más castigado por el narcotráfico, descansará 24 horas. No irá a la capital porque su altura podría afectarle.

El Vaticano ha querido plantearse el viaje con la misma tranquilidad, pero ya se ha alterado con focos de conflicto apartados de la agenda oficial: las víctimas de la pederastia del clero en México y los disidentes políticos en Cuba. El desafío es comprobar si además de contentar a las instituciones, la Iglesia puede tender la mano al más débil o a las voces críticas, algo que en el caso cubano requiere un difícil equilibrio diplomático. En México se ha impuesto por su propio peso el escándalo de los Legionarios de Cristo, fundados en este país por Marcial Maciel, gurú caído en desgracia al descubrirse abusos en al menos ocho casos, una doble vida con amantes e hijos y una enorme fortuna personal. Sin embargo no está previsto que el Papa se reúna con las víctimas, cosa que ha hecho en otros países. El portavoz vaticano, Federico Lombardi, lo ha justificado diciendo que la Iglesia mexicana no lo ha pedido: «En otros países los obispos lo han solicitado porque el problema era muy sentido». Esa frase ha levantado ampollas, porque parece decir que en México ha sido un asunto menor.

Es sorprendente sobre todo porque las víctimas mexicanas han sufrido años de agravios desde que en 1997 denunciaron lo ocurrido. Nadie les tomaba en serio, la Iglesia mexicana lo encubrió y, lo que es peor, la propia Santa Sede protegió a Maciel hasta el final. Solo Benedicto XVI lo expulsó a una vida retirada en 2006, antes de que falleciera en 2008.