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Sarkozy rompe el duelo francés

El candidato a la reelección en el Elíseo reanuda la campaña electoral, con Internet en el punto de mira

PARÍS. Actualizado: Guardar
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Con el cadáver de Mohamed Merah todavía caliente, Nicolas Sarkozy rompió ayer la tregua tácita acordada entre los responsables políticos franceses el lunes, tras la matanza en la escuela judía de Toulouse, y reabrió la campaña electoral para las presidenciales de abril y mayo. El presidente conservador, candidato a un segundo mandato, anunció el refuerzo del arsenal legal para luchar contra la apología del terrorismo, incluida la penalización de la consulta en Internet de sitios integristas, cuando la Cámara de los Diputados ya está disuelta a la espera de su renovación en las legislativas de junio.

En una breve alocución pronunciada a mediodía desde el palacio del Elíseo, Sarkozy desbordó los límites institucionales habituales en este tipo de declaraciones solemnes al incluir varias propuestas programáticas en su línea de reforzar la represión de las amenazas a la seguridad del Estado. «En adelante toda persona que consulte de manera habitual páginas de Internet que hagan apología del terrorismo o que apelen al odio y la violencia será castigada penalmente», preconizó.

También anunció la criminalización de los viajes al extranjero «para seguir trabajos de adoctrinamiento en ideologías conducentes al terrorismo» al hilo de los dos desplazamientos efectuados por Merah a Afganistán. «La propagación y la apología de ideologías extremistas serán reprimidas mediante un delito en el código penal con los medios que son los empleados ya en la lucha antiterrorista», agregó.

Sarkozy reveló que había encargado al ministro de Justicia, Michel Mercier, una profunda reflexión acerca de la propagación de las ideologías totalitarias violentas en el ámbito carcelario. «No podemos aceptar que nuestras prisiones se conviertan en semilleros de adoctrinamiento en ideologías de odio y de terrorismo», argumentó.

Según el fiscal-jefe de París, François Molins, Merah comenzó a radicalizarse en la cárcel, «donde dijo que comenzó a entregarse a una lectura más asidua del Corán». Delincuente habitual desde la minoría de edad, el joven francés de 23 años permaneció internado desde diciembre de 2007 hasta setiembre de 2009 en la prisión de Seysses, cercana a Toulouse, en cumplimiento de una condena por haber robado el bolso a una mujer en una entidad bancaria.