Matas y la cárcel
La sentencia al expresidente balear anuncia parte del preocupante futuro que le espera a Urdangarin
Actualizado: GuardarJaume Matas no irá a la cárcel, de momento, a pesar de que desde la fiscalía se anunciara que, en caso de que el expresidente de Baleares fuera condenado a más de cinco años de prisión, se solicitaría su ingreso en un establecimiento penitenciario.
Matas ha sido condenado a más de seis años de cárcel y el fiscal del caso, Pedro Horrach, dice ahora que aunque «el riesgo de fuga siempre existe y no es nunca ni descartable ni totalmente conjurable», no cree que Matas vaya a huir. Jaume Matas seguirá, por tanto, desde la calle el siguiente juicio que le espera.
Le quedan a Matas 12 causas como imputado y 19 como relacionado dentro de la gigantesca trama de corrupción en que se convirtió la construcción del polideportivo Palma Arena, que pasó de un presupuesto inicial de 43 millones de euros, a 110 millones de euros de coste final, artificialmente inflado, según la acusación de la justicia.
La sentencia que condena a Matas es minuciosamente demoledora. Describe el irregular destino dado a medio millón de euros de dinero público con los que Matas pagaba al periodista Antonio Alemany para que le escribiera los discursos que pronunciaba y que el propio Alemany jaleaba luego desde el diario ‘El Mundo’.
La argumentación de los jueces marca el camino que seguirán las futuras vistas, anuncia parte del preocupante futuro que le espera a Iñaki Urdangarin y se abrocha férreamente en sus fundamentos de derecho para impedir cualquier impugnación por parte del Tribunal Supremo, al que el condenado recurrirá. No sería descartable que Matas acabara en la cárcel, toda vez que esta causa, con ser grave, es menor que otras que le aguardan, con cantidades de dinero público malversado aún mayores.
La condena tiene también consecuencias políticas, no solo porque Matas haya sido presidente de una Comunidad Autónoma –entre 1996-1999, y entre 2003-2007– y ministro de Medio Ambiente –2000-2003– con José María Aznar como presidente; también porque durante mucho tiempo gozó de la confianza de Mariano Rajoy, que lo puso públicamente como modelo a seguir para toda España.
La sentencia supone, además, una severa condena a la forma de hacer política en Baleares durante los años de gobierno de Matas: saqueo del dinero público, proyectos megalómanos y disparatados, despilfarro, prepotencia, actuaciones impunes, ritmo de vida desatado y ostentoso... Matas había eludido antes la cárcel gracias a que consiguió 2,5 millones de euros; no tiene pasaporte, porque se lo ha quitado el juez, y debe comparecer los días uno y quince de cada mes ante la justicia. Asistirá desde la calle al siguiente juicio y es de suponer que, con la siguiente sentencia, aumentará su riesgo de entrar en prisión.