Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
análisis

Siria: El mínimo común denominador

Kofi Annan llega este sábado a Moscú para evacuar consultas con el Gobierno

ENRIQUE VÁZQUEZ
MADRIDActualizado:

Kofi Annan, enviado internacional (formalmente de la ONU-Liga Árabe) para Siria, llega este sábado a Moscú para evacuar consultas con el Gobierno ruso sobre su acción como mediador en ese país y tal vez se alargue incluso a Pekín.

Como era de esperar, los portavoces de la rebelión siria y sus apoyos mediáticos, como la televisión qatarí Al Jazeera, dieron por prescindible el plan en seis puntos que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad el miércoles a petición del propio Annan con la esperanza de parar la matanza en Siria.

El documento es jurídicamente no vinculante (no es una resolución del Consejo, sino una declaración de los quince miembros que presenta y hace aprobar su presidente de turno). El mecanismo se ha utilizado ya en el pasado y en otros contextos siempre por lo mismo: porque su redacción es el mínimo común que todos los presentes, en esta ocasión Rusia y China, pueden aprobar.

Con todo, y aunque descalificado tanto por la oposición armada y su principal expresión exiliada, el “Consejo Nacional Sirio”, es una iniciativa que merece atención, en primer lugar porque fue tomada por los quince a solicitud de Annan. El ex-secretario general de la ONU había pedido expresamente a la ONU que hablara con un criterio de unidad… y su petición tenía algo de condición inexcusable si se quería que él prosiguiera su intento.

Flexibilidad y realismo

Annan fue designado por unanimidad en la primera “Reunión de países amigos de Siria” el 24 de febrero en Túnez y supo en cuanto se entrevistó dos veces con el presidente Bashar al-Assad en Damasco los días diez y once de marzo que lo único factible en primera instancia era argumentar en términos humanitarios y fomentar una tregua.

Es seguro que a petición del solvente Annan se produjo la entrada en acción de otro factor relevante, el presidente internacional de la Cruz Roja, Jacob Kellenberger, que hizo unas declaraciones muy constructivas y formalmente apolíticas como conviene a la operación en marcha. Simultáneamente, el gobierno sirio había permitido una corta visita de inspección a Homs de la baronesa Amos. Valerie Amos, una británica, es subsecretaria de la ONU para asuntos de emergencia y asistencia humanitaria.

El escenario así creado es, o parece, ciertamente, modesto pero Annan ha hecho esta exhibición solo para ganarse una cierta confianza del régimen sirio y dotarse de un tono de neutralidad que él entiende necesaria en su condición de mediador. Pero es seguro que su táctica tiene un objetivo político, basado, como todo plan creíble, en un arreglo entre sirios, otro criterio que, excluyendo una intervención internacional, le refuerza en Damasco.

Los nuevos factores

Con todo y pese a su blandura formal, el plan incluye un llamamiento explícito al cese de la violencia “por las dos partes”, propone un genuino diálogo con la oposición y sugiere nuevos pasos (más presiones) sobre el gobierno si no hay progresos. Esas dos palabras (y no las inicialmente previstas de nuevas acciones en la redacción, encomendada a Francia) fueron todo lo que se pudo poner en materia de advertencias para que Pekín y sobre todo Moscú lo aceptaran.

Pero los chinos y los rusos también matizan y presionan a su modo: los primeros mandaron a Damasco a un enviado especial del presidente, el viceministro de Exteriores Zai Jhun, para exigir moderación y negociación y el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, no dudó apenas aprobada la declaración del miércoles, en sugerir algo así como que la pelota está ahora en el campo oficial y el régimen debe detener la violencia y abrir una expectativa política suficiente.

Pero hay algo más: el primer ministro turco, Recep Tayyib Erdogan, quien lentamente ha ido girando hacia el campo anti-Assad y va a albergar en Estambul el primero de abril la segunda “Reunión de países amigos de Siria”, está en Teherán y allí pide al socio iraní de los sirios y proveedor de medios financieros y, probablemente, de armas, que ayuden. ¿Ayudar a quién?... al esfuerzo de Annan, que enviará gente de su equipo en las próximas horas a Damasco para ver de abrir de una vez pasillos humanitarios y preparar un alto el fuego…

¿Tiempo perdido? Tal vez, pero con un proceso jerarquizado por el peso personal e institucional de Annan y que, de momento, dispone de tiempo y fue calificado por Hillary Clinton de paso positivo.