Un testigo de la reunión de Blanco y Dorribo en la gasolinera niega el pago

El encuentro que mantuvieron en una gasolinera de Guitiriz, Lugo, el exministro de Fomento José Blanco y el empresario que le acusa, Jorge Dorribo, tuvo un testigo de excepción. Se trató del director general de Cofares, José Antonio López Arias, quien el 5 de febrero de 2011 estaba en el aparcamiento donde Dorribo dice que entregó al primo político de Blanco, Manuel Bran, «200.000 euros en billetes de 500» para poder entrar en el coche del exministro. Por lo tanto, su declaración de este jueves en el Tribunal Supremo se antojaba importante para esclarecer el delito de cohecho que le imputan a Blanco.

Pues bien, López Arias aseguró al juez José Manuel Soriano que sí estuvo presente en esa reunión y que Dorribo se subió al vehículo de Blanco para dirigirse a una comida posterior con más empresarios. Sin embargo, negó rotundamente la versión del acusador sobre la entrega previa de un maletín o que conocía los planes del propietario de la farmacéutica Nupel para lograr el favor del exministro a cambio de dinero. «Eso es falso», dijo a preguntas del fiscal, según fuentes presentes en el interrogatorio.

El director general de Cofares, empresa dedicada a distribuir productos farmacéuticos y que tenía entre sus clientes a Nupel, fue además la persona que viajó con Dorribo desde el aeropuerto de A Coruña hasta Guitiriz para asistir a la comida con Blanco y dijo que el empresario solo le comentó que antes de la ir a la cita empresarial iba a pasar por la gasolinera donde iba a estar Blanco, con el que había quedado para tomar un café.

Desmentido

Su declaración, por tanto, volvió a redundar en la línea marcada por el resto de empresarios que han pasado por el Supremo, en tanto en cuanto todos han rechazado las acusaciones de cohecho vertidas por Dorribo. También lo hizo el segundo testigo interrogado este jueves, el presidente de la empresa Fomento de Iniciativas, Amador de Castro.

Su declaración se centró sobre todo en responder las acusaciones de tráfico de influencias que pesan también sobre Blanco. Éste negó que en una obra que su empresa concedió al primo político del exministro escondiera pagos al propio Blanco, como aseguró Dorribo, y aseguró que «lleva muchos años ejerciendo de empresario y no necesitaría de nadie para hablar con cualquier ministro de este país».