Caro peaje para el Madrid
El núcleo del vestuario liderado por Casillas y Xabi Alonso se desmarca de las acusaciones de «robo» que promueven Mourinho o Cristiano El equipo siembra dudas sobre su fútbol y genera hostilidad en los rivales
MADRID.Actualizado:«El madridista no se rinde jamás», subrayó Florentino Pérez ayer, durante la pomposa presentación de un parque temático del Real Madrid en los Emiratos Árabes Unidos. El presidente evitó referirse de forma directa a lo ocurrido la noche anterior en El Madrigal, donde José Mourinho y sus discípulos arrojaron piedras sobre el señorío del club, pero insistió desde la zona noble del Bernabéu en el mensaje de que «gran parte de la competitividad de la institución reside en la imagen que tiene como marca en el mundo».
Entendió el alto dirigente que era el momento idóneo para referirse a la rabiosa actualidad, respaldar públicamente al técnico portugués o darle un tirón de orejas por desquiciar al equipo ante el Villarreal, pero se esperaba algo más de Florentino después de que el propio entrenador instase al club a pronunciarse tras los últimos acontecimientos. Los jugadores y el cuerpo técnico prosiguieron con esa ley del silencio impuesta por Mourinho tras el choque, e hicieron mutis por el foro.
Más allá de un nivel de juego decreciente, de cuatro puntos perdidos en menos de una semana y de la mayor cercanía del Barça en la tabla, al madridismo le inquietan el clima de extrema confusión detectado en La Plana, los nervios mostrados por el equipo, la sensación de angustia, la falta de autocrítica, el planteamiento conservador de Mourinho y, de nuevo, unas coartadas arbitrales que no cuelan en una temporada en la que hubo muchos más errores a favor que en contra. Sin ir más lejos, ante los de Lotina dos penaltis de Arbeloa quedaron en el limbo.
Según informan enviados especiales al partido, los jugadores del Villarreal no dieron crédito a lo sucedido en el túnel de vestuarios, donde escucharon gritos, insultos y patadas a puertas y paredes por parte de sus rivales. Tampoco los periodistas extranjeros aceptaron que, en un hecho sin precedentes, nadie del Madrid ofreciera explicaciones tras el partido. Ni el entrenador, ni su segundo, ni Rui Faría, el fiel ayudante y preparador físico expulsado por cuarta vez en año y medio, ni el capitán, Iker Casillas, Solo Eladio Paramés, portavoz de 'Mou', utilizó Twitter para pedir «silencio y respeto» porque «el fútbol murió de paradas cardiacas. DEP!» Ingenioso juego de palabras utilizando el apellido del árbitro andaluz pero de mal gusto ahora que Muamba se recupera del infarto sufrido durante el Tottenham-Bolton del pasado fin de semana.
Pérdida de papeles
El Madrid perdió los papeles, entró en combustión y mostró signos de desunión. Mientras Arbeloa se dirigía a los aficionados madridistas para agradecerles el apoyo y Casillas aún rumiaba su fallo en el gol, el grupo de portugueses y brasileños decía sentirse robados. Gestos de destemplanza y actitudes que dejan secuelas y generan un caro peaje para el próximo partido contra la Real Sociedad. Ramos, quien sufrió su undécima expulsión y supera el récord de Hierro en el Madrid, será sancionado por la doble amarilla; Lass cumplirá ciclo de cinco amonestaciones; Özil recibirá un partido de suspensión por «aplaudir en forma de mofa» al árbitro y el reincidente Pepe podría ser condenado con entre cuatro y doce partidos. Según el acta, una vez finalizado el partido y en el túnel de vestuarios, el central portugués se dirigió a los árbitros diciendo textualmente: «¡Vaya atraco, hijo de puta!». Rui Faría no acabó el partido por «aplaudir una de las decisiones» del árbitro desde el banquillo y Mourinho por «hacer observaciones y salir del área técnica».
Paradas fue el primer árbitro que expulsó al técnico portugués en España. En concreto, le echó en noviembre de 2010, en un partido de Copa contra el Murcia. Precisamente por eso, en parte del vestuario del Madrid existe la sensación de que la actitud del juez y del grupo arbitral fue «provocadora y premeditada».
La clasificación es envidiable, también la actitud de ir a por la victoria incluso con nueve, pero esos gestos de Cristiano como si le hubieran robado afean el horizonte de las próximas visitas a campos como el Reyno de Navarra, el Calderón, el Camp Nou o San Mamés. Con la Liga en juego y un calendario mucho más adverso que el Barça, al Madrid le queda responder con fútbol en situaciones límite y feudos hostiles. Apostar por Lass en el trivote y más tarde por Altintop solo alimentan el miedo y la confusión. Casillas, Ramos y Xabi Alonso tomarán la palabra en el diván para cortar de raíz una dinámica autodestructiva.