GRANDES JORNADAS
Actualizado: GuardarQuien pensara que las celebraciones del gran día del Bicentenario iban a ser un fracaso, se llevó un gran chasco. Como hace doscientos años, Cádiz se echó a la calle, y desde el mismo viernes, fue partícipe de tan gran evento. Aunque podrían haber sido mejores, hemos pasado unos días plenos de actividades lúdicas que han satisfecho a la mayoría. En ocasiones se ha visto cierta improvisación y descontrol pero, en líneas generales, creo que se ha rozado el notable. Se consiguió, no sin gran esfuerzo por parte de los operarios de Vimac, terminar la remodelación de la Plaza de San Juan de Dios que luce esplendorosa y cuando se retoquen los últimos detalles será un nuevo espacio a disfrutar. Sin duda las grandes estrellas de estos días han sido la casa Aramburu y la casa Pinillos. En la primera la gran iniciativa de ese grupo de gaditanos junto a los comerciantes y artesanos que la llenaron de contenido, han conseguido atraer a una ingente cantidad de personas y pocos han salido defraudados. La contemplación del texto original de nuestra Constitución ha sido el principal atractivo de la segunda. También acudíamos al encendido del Oratorio que luce espléndido (por dentro lo veremos cuando nos dejen). Las calles y plazas de la ciudad han estado repletas de gaditanos de toda edad y condición disfrutando, sobre todo el domingo, de las actuaciones programadas. Desde primeras horas del día era incesante el ir y venir de esa marea que ocupaba los improvisados espacios donde pudimos disfrutar de una variada programación musical. Los actos centrales (la visita de los Reyes al Oratorio y la ofrenda al monumento) los vi por la tele porque todas las cadenas hicieron una excelente retransmisión. Al caer la noche tuve ocasión de presenciar el arriado de bandera por el Batallón de Voluntarios comandados por el General Velázquez. Buen final para unas grandes jornadas.