retoque fotográfico

Ni michelines, ni piel de naranja, ni estrías con Photoshop

El Parlamento hebreo aprueba una ley que obliga a los publicistas a advertir si una foto ha sido 'adelgazada' o 'rejuvenecida' con el programa informático

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En el mundo de la moda no existen ni los michelines, ni la piel de naranja ni las estrías. Las imperfecciones de los cuerpos reales no atraviesan el objetivo de la cámara y desaparecen de las imágenes que salen publicadas en las revistas gracias a lo modernos programas de retoque fotográfico. Con su magia de teclado y ratón logran que las mujeres luzcan siempre esculturales, delgadas y felices, y se conviertan en un modelo a seguir por millones de muchachas que no entienden de Photoshop. Sólo ven un canon de belleza y se juegan la vida por lograrlo.

El Parlamento israelí ha decidido ahora abrirles los ojos y arrojar algo de luz sobre el peligroso engaño que supone crear una realidad a golpe de ordenador. La comisión de Trabajo, Bienestar Social y Salud del Knesset ha aprobado esta semana una ley que obliga a las agencias de publicidad y grandes marcas de ropa a informar al público cuando 'trabajen' las fotografías de sus campañas con programas de tratamiento de imágenes. Por fin los verdaderos secretos de la belleza perfecta al descubierto.

En la práctica, esta nueva ley obligará a los creativos publicitarios hebreos que tengan la tentación de recurrir a la informática para limar muslos, reducir abdómenes y bajar tallas a incluir un aviso bien visible en el que confesarán la manipulación gráfica. Más allá de garantizar los intereses de los consumidores, los políticos israelíes buscan velar por la salud de las adolescentes de su país, que por culpa de las fotos retocadas «reciben un referente falso de belleza» y caen en la enfermedad -anorexia y bulimia- para intentar imitarlo.

Pero esta nueva ley no se fija sólo en las fotos trucadas. Va a la raíz del problema y prohíbe directamente contratar para la publicidad a mujeres «demasiado delgadas», cuyas instantáneas no pasan por el tamiz del Photoshop porque ya son flacas por naturaleza. Para los legisladores hebreos, la frontera entre una mujer delgada y otra demasiado delgada está clara: cualquier modelo con un índice de masa corporal (IMC) inferior a 18,5 no está sana y por lo tanto no podrá aparecer en las fotos de moda. Adiós a las modelos con cintura de avispa, piernas esqueléticas y músculo en retirada. Mujeres imposibles en la vida real que bajan la autoestima del resto de féminas.

El de Israel no es el primer gobierno que intenta poner coto a los retoques informáticos. En Francia, la diputada Valérie Boyer, correligionaria de Sarkozy, ya propuso hace tres años una ley para luchar contra los «falsos cánones de belleza», que incluía la obligación de publicar una «clara advertencia» junto a las imágenes manipuladas. El texto elegido era contundente: 'Fotografía retocada para modificar la apariencia física de una persona'. «Si en los anuncios de coches se aclara que las imágenes han sido rodadas por profesionales en un circuito cerrado, me parece de lo más normal que se haga lo mismo para avisar de que una imagen no es real», justificó en su día Boyer. Su propuesta no era un brindis al sol, ya que, en caso de infringir la ley, se afrontaban multas de hasta 37.000 euros o del 50% del coste de la campaña de publicidad.

En Estados Unidos también se propuso regular el uso de programas informáticos en la edición de fotografías. Bajo la denominación de la Ley de la Autoestima, se quiso poner fin a las manipulaciones en los anuncios. Nada de falsas pieles de porcelana en los comerciales de lociones faciales o muslos turgentes en los de cremas anticelulíticas. La propuesta no salió adelante, pero al menos se consiguió que algunas marcas como Lancome retirarán alguna de sus campañas por su abusivo uso del Photoshop.