Mitt Romney saluda hoy a sus seguidores. / Reuters
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Las cifras de Romney

Con Illinois son ya 20 estados los que se ha embolsado el político, quien tras ganar los 20 delegados de Puerto Rico el lunes sobrepasaba ya los 500

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¿Se acerca Mitt Romney a la condición de seguro candidato republicano en noviembre frente a Barack Obama tras su victoria de ayer en Illinois? ¿Se ha impuesto ya la famosa inevitabilidad de su persona como el aspirante conservador? Lo sucedido hasta ahora no autoriza una respuesta contundente, pero su equipo de campaña rezumaba satisfacción con el 46,7% de votos contra el 35% para Rick Santorum. Ron Paul fue tercero y Newt Gingrich cuarto, con cifras muy bajas.

Con Illinois son ya 20 estados los que se ha embolsado Romney, quien tras ganar los 20 delegados de Puerto Rico el lunes sobrepasaba ya los 500, a los que suma hoy al menos 41 de los 54 en juego, contra diez para Santorum. Cifras que refuerzan la teoría del senador republicano Lindsey Graham, quien olvidó el deber de reserva entre los jerarcas del partido mientras hay primarias, para decir lo que muchos piensan: la elección sigue emocionalmente abierta, pero está aritméticamente cerrada.

Santorum, quien dio una gran sorpresa con su remontada espectacular en Alabama y Mississippi, tiene ahora 247 delegados y aunque puede esperar un muy buen resultado el sábado próximo en Louisiana (con 46 delegados en juego) podría perder definitivamente si no resiste el tres de abril en Maryland, Wisconsin y el Distrito de Columbia (98 delegados) y, sobre todo, en la gran tacada del 24 de abril con 231 delegados de premio, aunque allí se juega realmente su porvenir con el resultado en su estado, Pennsylvania, por el que fue senador durante tres legislaturas.

Un mes decisivo

Es verdad que Santorum tiene opciones importantes en algunos estados muy poblados (Tejas sería un ejemplo acabado y otros estados sureños, como Kentucky o Arkansas también le serán propicios) pero muy pocas en otros grandes proveedores de respaldo (California en cabeza) y su decisión de seguir o no en la carrera tal vez dependa de lo que ocurra finalmente el 24 de abril.

Pero también le ayudará a tomar su decisión la que tome Newt Gingrich quien, a fin de cuentas, le disputa el mismo territorio: el de un conservadurismo de tintes muy religiosos (ambos son católicos, aunque Gingrich es convertido) y empeñados en demostrar a los votantes quien recuerda menos a Obama.

De hecho, los equipos de los tres aspirantes republicanos han asumido que una neta, inequívoca diferenciación con la persona del presidente (más que con su gestión que, al fin y al cabo, recibe por mitades prácticamente iguales aprobación y desaprobación) es esencial para ganar. En este sentido, Santorum es implacable con Romney, en cuya reforma de la sanidad pública en Massachussets cuando fue gobernador, dice que se inspiró la de Obama…

"Falta banquillo"

La situación es embarazosa en el fondo para el partido republicano en su conjunto. Descrito en la tradición política e incluso popular como el GOP (“Grande y viejo partido” con la sigla en inglés) y el poderoso elefante como su símbolo, es políticamente incómodo presentar una batalla tan ardua con candidatos no muy brillantes.

Para describir la situación, un norteamericano residente en España recurrió a la conocida fórmula en castellano de falta banquillo. Refleja bien lo que sucede, si se recuerda que, además del cuarteto que sigue en liza – Romney, Santorum, Gingrich y el republicano por libre y testimonial, Ron Paul – fueron apartados pronto de la carrera Michelle Bachmann, Rick Perry, John Huntsman, el más dotado intelectualmente y que no tuvo la menor posibilidad, o Herman Cain.

Romney es, en estas circunstancias no muy brillantes, la opción mejor o la más práctica. El columnista conservador Dennis Byrne escribía ayer en “The Chicago Tribune” que eso lo sabe la sabiduría popular y que aunque Santorum tiene aún buena reserva de votos en mayo en los estados sureños, Romney será finalmente percibido como el único que puede enfrentarse a Obama.

La verdad es que los sondeos le dan la razón hoy: el promedio de RealClear Politics, la biblia a estos efectos, indica que Obama gana a Romney, pero solo por tres/cuatro puntos, pero a Santorum por casi nueve…