El Arenas más rural apuesta por las cooperativas en Olvera

Javier Arenas vivió el momento más emotivo de su campaña al visitar Olvera, el pueblo donde transcurrió su infancia hasta el día en que su padre lo envió a un colegio interno para continuar sus estudios en Sevilla. Allí pudo saludar a su prima Margarita, a su tío Antonio, al que vio «más joven», y también a varios de sus amigos de aquella infancia en plena serranía gaditana. Bajo un brisa helada y sobre un campo algo mustio por la sequía que el propio candidato destacó, Arenas ofreció su discurso más rural en las instalaciones de la cooperativa aceitera Nuestra Señora de los Remedios, sociedad que nació hace medio siglo, que engloba a más de 4.500 agricultores y productores de aceituna -incluido su propio hermano, según confesó-, y que da empleo a 70 personas. Allí, en una instalaciones que llevan el nombre de la patrona de su pueblo, a la que después rindió visita en la ermita de Olvera, Arenas habló de cooperativismo, un modelo de asociación en el que dijo creer porque su padre le enseñó la importancia del «movimiento cooperativo» para el campo andaluz.

«Las cooperativas han sido claves para el desarrollo de muchos pueblos de Andalucía y de la serranía de Cádiz», porque «en el interior de Andalucía tenemos menos oportunidades», resaltó.

Habló también de defender los precios frente a la competencia y abogó por «una concentración de la oferta» para dar salida al exterior al aceite andaluz. Se comprometió a establecer un «estatuto del mundo rural» para que «no se venga abajo la Andalucía de interior», donde las nuevas tecnologías jugarán un papel importante de desarrollo. Finalmente, prometió volver a su pueblo «el día 26 ó 27»... si gana.