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MUNDO

Los 'enfermeros de la muerte' horrorizan a Uruguay

La Justicia procesa a dos sanitarios acusados de matar a decenas de pacientes con altas dosis de morfina e inyecciones de aire

MARCELA VALENTE
BUENOS AIRES.Actualizado:

La sociedad uruguaya expresó ayer su horror ante la revelación de que dos enfermeros provocaban la muerte de decenas de pacientes hospitalizados, unos 200, según la Policía. Ambos trabajaban sin ningún tipo de conexión en clínicas distintas y dicen haber actuado por compasión. «Me creí Dios. Me equivoqué. Estoy arrepentido», confesó uno de ellos ante el juez, según reveló su abogada. Si bien son casos aislados, la investigación fue una sola, a raíz de una denuncia anónima a inicios de año.

La justicia los procesó por «homicidio especial agravado» mientras continúa una pesquisa -denominada 'operación Ángeles de la Muerte'- para indagar en otros casos de muertes sospechosas. A Marcelo Pereira, de 39 años, se le acusa de matar a cinco personas internadas en la unidad de cardiología del Hospital Público Maciel de Montevideo, utilizando morfina que no había sido prescrita por el médico. Mientras, Ariel Acevedo, de 46, confesó que inyectó aire por la vía central a al menos 11 pacientes en la unidad de cuidados intensivos de la Asociación Española Primera de Socorros Mutuos, una clínica de la capital muy prestigiosa en la que trabaja el expresidente socialista Tabaré Vázquez. Si bien fueron acusados de estos 16 casos en los que se les mostraron fotos de los pacientes, ellos mismos admitieron que fueron más los enfermos a los que sometieron al tratamiento letal. Uno dijo que recordaba al menos 50 casos. Otro confesó que había perdido la cuenta. La Policía estima que podrían ser alrededor de 200 las víctimas que no necesariamente sufrían enfermedades terminales.

En un intento por calmar a la ciudadanía conmocionada por las revelaciones, el ministro de Salud, Jorge Venegas, y el titular de Interior, Eduardo Bonomi, convocaron una rueda de prensa y prometieron una intervención «urgente» para evitar otros casos. Sin embargo, no pudieron impedir una ola de denuncias por muertes presuntamente sospechosas ocurridas recientemente en esos dos centros médicos.

Bonomi explicó que la investigación se inició el 2 de enero por una denuncia anónima, pero no se sabe con certeza desde cuándo los enfermeros actuaban de este modo. Las pesquisas se prolongarán durante algún tiempo, pues la Policía sostiene que pueden ser muchos más las muertes provocadas, y explicaron que el móvil era que los pacientes reclamaban mucha atención.

Los abogados de los enfermeros coincidieron ayer en que ambos emprendieron sus acciones por «razones humanitarias». «Mi cliente reconoce haberles dado morfina a cinco pacientes» en situaciones en que no estaba autorizada, dijo el letrado de Pereira, Santiago Clavijo. «Se la daba porque, a su juicio, tenían mucho dolor. Estaban sufriendo. Lo hizo por piedad», explicó.

Su caso, detalló, es «muy distinto» al de Acevedo, porque Pereira utilizó drogas legales. En cambio, Acevedo suministraba aire. La abogada de este último, Inés Massiotti, dijo que es amiga de su cliente desde hace 20 años y que argumenta que lo hizo «por humanidad».