Joachim Gauk habla a los periodistas después de la sesión de investidura en Berlín. :: J. MACDOUGALL / AFP
MUNDO

Gauck consagra la unidad de Alemania

El primer presidente procedente de la extinta RDA es confirmado con un apoyo del 80% que le refuerza como figura de consenso

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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Joachim Gauck, antiguo pastor luterano y defensor de los derechos de los ciudadanos en la extinta República Democrática Alemana (RDA), fue elegido ayer undécimo presidente federal de Alemania con 991 votos de 1.233, lo que lo convierte en el jefe de Estado de mayor consenso desde Richard von Weizsäcker. Es además el primero nacido en la Alemania comunista y el primero sin afiliación política. Su rival, la candidata del partido de La Izquierda, Beate Klarsfeld, obtuvo 126 votos.

«¡Qué domingo más bonito!», comenzó su discurso Gauck, recordando también otro «bonito» domingo, el del 18 de marzo de 1990, cuando tuvieron lugar las primeras elecciones legislativas libres de la RDA. «Por primera vez en mi vida, a la edad de 50 años, pude ir a votar en unas elecciones libres. Nunca olvidaré ese momento», al mismo tiempo que declaró ser consciente de la «gran responsabilidad» que conlleva su cargo y también de la imposibilidad de «cumplir con todas las expectativas» puestas sobre él.

El presidente del Bundestag (parlamento alemán), Norbert Lammert, fue el encargado de inaugurar la 15ª Asamblea Federal, compuesta por 1.240 miembros, 620 del Bundestag y 620 de los 16 Estados federales alemanes repartidos en función de su población. Durante su discurso provocó las risas de los parlamentarios al destacar un «cada vez más corto periodo en el cargo de los presidentes» y recordó que según establece la ley son elegidos «por un periodo de cinco años». En los últimos dos años Alemania ha tenido tres presidentes diferentes tras la dimisión de Horst Köhler el 31 de mayo de 2010, por unas polémicas declaraciones sobre los intereses comerciales de Alemania en Afganistán, y la de Christian Wulff el pasado 17 de febrero, acusado de corrupción y tráfico de influencias.

Con su discurso irónico y crítico, Lammert se ganó al auditorio. Sin embargo, también quiso aprovechar el momento para recordar la importancia del 18 de marzo en la historia alemana. Ese mismo día, no solo tuvieron lugar las primeras elecciones legislativas libres de la RDA, sino también la 'Revolución alemana' de 1848, cuyo objetivo fue establecer un parlamento y la libertad de prensa y opinión.

Opositor, no disidente

Joachim Gauck se perfila como un presidente 'incómodo' para la canciller Angela Merkel y para la oposición. Lleva sobre sus espaladas la difícil tarea de restablecer el prestigio y la credibilidad a un puesto seriamente dañado por su predecesor.

El ex pastor protestante de Rostock se alza como símbolo de la lucha por la libertad en la Alemania Oriental. Calificado por la prensa como «carismático y elocuente», Gauck cuenta con el apoyo de la gran mayoría de los alemanes. No obstante, parece que no fue tan 'disidente' como ha querido aparentar. Algunos medios lo califican como «opositor pasivo». Gauck se comportó de manera pragmática en interés de la Iglesia. La Stasi, policía política de la RDA, llegó a alabar que llevara actos en su Iglesia sin provocar disturbios, sin convertirlos en los que se conocía como 'Kirchentag von unten'. Para otros, el error está en la palabra elegida para describir su papel durante la RDA. «Fue opositor, no disidente», aclaran.

El durante 10 años director de los archivos de la Stasi ingresó en el Nuevo Foro, organización disidente de la RDA, en noviembre de 1989, poco antes de que cayera el Muro de Berlín. Uno de sus fundadores, Hans-Jochen Tschiche, lo acusó incluso de falsear su pasado y ponerse «honores que no le corresponden», ya que solo abandonó «los muros protectores de su iglesia a finales de 1989». Gauck siempre se ha defendido de estas críticas aclarando en todo momento que «él buscó ser mediador».