Messi y Xavi no descansan
Un lanzamiento de falta un gran gol de Messi acabaron con el Sevilla
BARCELONA Actualizado: GuardarEl Barça continúa con su puesta a punto de cara al tramo decisivo de la temporada. A medida que va recuperando lesionados, al conjunto azulgrana se le nota que cada vez está mejor. Lo demostró este sábado ante un desconocido Sevilla, que bajó los brazos demasiado pronto y al que desarboló gracias a una primera parte primorosa. El Barça pasó por encima del conjunto hispalense y se acercó un poquito más al Madrid (a siete puntos), obligado a ganar este domingo ante el Málaga para no ver reducida su ventaja.
Un gran Barcelona, que encadenó su quinta victoria consecutiva, y que tuvo una puesta en escena en el Pizjuán inmejorable. Los azulgrana, con cuatro defensas, con una delantera formada por Messi, Cesc y Pedro, y un centro del campo integrado por Xavi, Busquets e Iniesta, recordaron a la mejor versión de este equipo irrepetible, que lleva cuatro años maravillando al universo futbolístico. Entre Pamplona, donde el cuadro catalán tocó fondo hace cinco jornadas, y Sevilla, el equipo ha sabido caer, levantarse y rehacerse y ya puede decir que afronta el tramo decisivo del año emitiendo señales muy positivas.
La liga puede que esté muy lejos, sobre todo porque el Madrid no pincha, pero en 'Can Barça' saben que para hacer una gran 'Champions' deben estar enchufados en la liga. Y en el Sánchez Pizjuán lo estuvieron en grado superlativo. Con una salida en tromba que duró media hora, el Barça ahogó a su rival a través de un ritmo frenético, tocando con una rapidez endiablada y sumando jugadores al ataque como si el campo estuviera cuesta abajo. El 0-1 de Xavi no hizo si no ratificar el gran arranque blaugrana. Adriano se coló como un rayo y Spahic le derribó al borde del área, un poco hacia la derecha defensiva. Justo en el lugar ideal para un lanzador diestro. Xavi la puso casi en la escuadra, aunque dio la sensación de que Palop pudo haber hecho más.
Los hombres de Guardiola no se conformaron con el gol y continuaron con su ritmo asfixiante. El 0-2 de Messi, siete minutos después, fue para enmarcar. Una obra de arte que debería exhibirse en el museo del Barça. El argentino recibió de Iniesta, le lanzó un caño increíble al primer toque a Spahic y, ante la salida de Palop, le colocó un sombrero de una altura digna del mejor jugador, de largo, del mundo. Mientras los demás corren, él inventa: juega a otro nivel y no para de sorprender. Un día hace cinco goles y al siguiente se saca un conejo de la chistera en forma de vaselina.
El de Rosario ponía la magia a un equipo que mostraba su mejor cara ante un Sevilla, que sigue buscando el norte. Su presidente, José María del Nido, pensó que cambiando de entrenador conseguiría girar las malas sensaciones, pero la cosa no parece que vaya por ahí. El mandatario sevillista perdió los nervios esta semana y lanzó todas las culpas sobre la plantilla. "Hay un porrón de jugadores que no están rindiendo. Tenemos una plantilla llena de internacionales que juegan bien con sus selecciones y no lo hacen con el Sevilla, que les paga", dijo. "Ojalá mis jugadores le quiten la razón al presidente con su tirón de orejas", respondió Michel, técnico sevilista en la previa. Quizá el problema no sea de los jugadores, sino del propio mandatario hispalense. ¿Puede alguien que ha sido condenado a siete años de cárcel dirigir con garantías un club?
La segunda parte fue otra historia. El Sevilla dio un pase adelante, imprimió una pizca de carácter, y salió con más nervio. Entre Del Moral y Kanouté tuvieron tres o cuatro buenas oportunidades, propiciadas por el talón de Aquiles del Barça este año: la defensa. El Barça adolece en el presente curso de una cierta vulnerabilidad en la retaguardia, que ante el Sevilla no fue mortal, pero podría llegar a serlo ante equipos de más alto vuelo, como el Milan, que le espera en la Champions. Las fuerzas se igualaron en la segunda mitad, pero no lo suficiente como para que el Barça llegara a sufrir.