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Cientos de gaditanos y foráneos tomaron parte en una de las actividades programadas para la jornada de ayer, la Gymkhana. :: ANTONIO VÁZQUEZ
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El espíritu de La Pepa inunda las calles

Miles de personas participan en las actividades y hacen cola para visitar los espacios culturales. Las largas esperas para entrar en la Casa Aramburu y en la Casa Pinillos dan muestra del interés de los gaditanos por disfrutar del Doce

ANTONIO M. DE LA VEGA
CÁDIZ.Actualizado:

Cádiz se levantó ayer con ganas de fiesta. Se palpaba en el ambiente que no era un sábado como cualquier otro. Grupos de turistas extranjeros admirando la arquitectura de la ciudad, familias con acentos de lo más diversos conociendo la cultura trimilenaria de Cádiz, miles de gaditanos que tenían ganas de comprobar si el Bicentenario era o no para tanto. Las conclusiones personales fueron de lo más diversas, la impresión general, bastante positiva.

A medida que avanzó la jornada las calles se fueron llenando de gente. La oferta de actividades era amplia, con un marcado acento cultural. La animación la ponían los mil participantes de la Gran Gymkhana del Doce con sus carreras frenéticas por las calles del casco histórico, en una imagen que contrastaba con la inmovilidad de las colas de personas que esperaban para entrar en los dos espacios expositivos que se han convertido en el gran atractivo del fin de semana: la Casa Palacio Aramburu, con el 'Cádiz Preview'; y la Casa Pinillos, con la muestra 'En-clave de Historia. El legado de Cádiz a la memoria histórica de España' y la que sin duda es uno de los elementos más admirados de esta conmemoración, el original de la Carta Magna firmada en el Oratorio de San Felipe hace ya doscientos años. Tanto en uno como en otro espacio el personal de la organización comentaba que la respuesta del público estaba siendo espectacular. «Es casi imposible llevar la cuenta de los visitantes. Hoy seguro que superamos las tres mil personas», comentaban en la Casa Pinillos.

Más público también del habitual en el Punto de Información del Bicentenario de la Universidad de Cádiz en la sede del Rectorado. En la puerta, una guía vestida con ropa de la época doceañista confirmaba que se estaban cumpliendo las previsiones de visitantes, la mayoría de ellos, de la propia ciudad. Y es que se ve que, a pesar de la promoción que se lleva haciendo de efeméride desde hace años, la mayoría ha esperado hasta el último momentos para implicarse de verdad en el evento.

Más gente de la habitual también en centros culturales como el Museo Provincial, el Museo de las Cortes, el Centro Reina Sofía o el Castillo de Santa Catalina. El que se merece una mención especial es el Centro de Creación Contemporánea. Una grata sorpresa para el abundante público que ayer lo conoció por primera vez, tanto por su diseño arquitectónico como por su contenido artístico. En todos estos lugares sus trabajadores coincidían en destacar que «la gente que está viniendo no sabe exactamente que es lo que se expone, pero sí saben que es un fin de semana especial y todos preguntan por que pueden ver relacionado con el Bicentenario».

Además, en estos espacios se repartían ayer las escarapelas conmemorativas del Doce que muchos lucían con orgullo en sus solapas. Eso sí, «casi todos los que se las llevan son gente de Cádiz, que son los que saben que hay que pedirlas expresamente».

Colas también, y alguna confusión para subir al Pirulí, donde no todo el mundo tuvo la oportunidad de entrar por no haber recogido el pase con antelación. Y mucha expectación por seguir las visitas teatralizadas de la compañía 'Ida y Vuelta', por visitar el Galeón La Pepa y por presenciar los ensayos de Els Comediants para su espectáculo de hoy, 'Viva la Pepa'.

Desde el Ayuntamiento se hacía ayer una valoración muy positiva del día. El concejal de Turismo, Bruno García, consideraba «un éxito» la participación ciudadana. «La mejor prueba de ello es ver las calles llenas de gente», comentaba.

También satisfacción entre los hosteleros, que vieron, especialmente en el centro de la ciudad, como aumentaba el número de clientes. «Todo ha influido, la Gymkhana, las exposiciones, hasta el clima ha acompañado», decía el presidente de Horeca, Antonio de María Ceballos.