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El Papa se muestra dispuesto a reunirse con Fidel Castro

La Iglesia cubana consigue desalojar a los trece disidentes que ocupaban una basílica para hablar con Benedicto XVI

MILAGROS L. DE GUEREÑO CORRESPONSAL
LA HABANA.Actualizado:

El Vaticano anunció ayer que Benedicto XVI está dispuesto a reunirse con Fidel Castro durante su próximo viaje a Cuba, entre los días 26 y 28 de marzo. Desde hace varios meses circulan rumores sobre un posible encuentro entre ambos cuando el Papa visite a Raúl Castro en el palacio presidencial. El portavoz de la Santa Sede, el jesuita Federico Lombardi, no negó estos comentarios y afirmó que es «posible».

Por otra parte, Lombardi descartó que Benedicto XVI vaya a entrevistarse con los disidentes. «No está en el programa», afirmó en una conferencia de prensa. Aun así, las Damas de Blanco -la asociación de familiares de presos anticastristas- afirmaron ayer que entregarán un DVD al Papa con «su testimonio» y han pedido «por los canales regulares» que les conceda «un minuto» durante su visita. El portavoz vaticano aprovechó la ocasión para respaldar el rechazo del episcopado cubano a la ocupación de la iglesia Nuestra Señora de la Caridad de La Habana.

Mensaje al Santo Padre

Tras más de dos días de «permanencia ininterrumpida y no autorizada» -como fue catalogada por la Policía cubana-, las 13 personas que permanecían recluidas en el templo de la capital cubana fueron desalojados de forma pacífica. El grupo, que se autocalificó como «disidente», quería entregar un mensaje al papa Benedicto XVI para que apoyara reformas democráticas en la isla. «La acción de poner fin a la ocupación duró menos de diez minutos. Los trece ocupantes fueron invitados a salir del templo y no ofrecieron resistencia. Los agentes que ejecutaron la operación habían asegurado que no portarían armas, que trasladarían inicialmente a los detenidos a una unidad policial y que después los llevarían a sus casas. Igualmente aseguraron que no serían procesados por este hecho», explicó el Arzobispado cubano en un comunicado.

La jerarquía eclesiástica del país denunció que esta acción y otros intentos fallidos eran una «estrategia bien pensada», pero «ilegítima e irresponsable» para crear «situaciones críticas» ante la llegada del Santo Padre. El anticastrismo más radical ha acusado a la Iglesia de ser complaciente con el régimen, pero los disidentes más conocidos criticaron la toma del templo.