Rompen los cristales de una decena de coches en venta en Puertas del Sur
Los turismos estaban aparcados al lado de una gasolinera con el cartel de 'se vende' y fueron violentados en la madrugada de ayer
JEREZ Actualizado: GuardarLos vecinos de la avenida Puertas del Sur se despertaron ayer con la insólita imagen de una decena de coches aparcados con las lunas destrozadas. El suceso ocurrió durante la madrugada y afectó a todos estos vehículos que, junto a una gasolinera, permanecían estacionados con un cartel de 'se vende'. Como informaron fuentes del caso, los vándalos se dedicaron a romper los cristales pero no causaron daños mayores, en unos turismos que según parece estaban allí colocados por una misma persona que se dedicaría a la venta de coches de segunda mano.
Esta circunstancia, unida al hecho de que no se trató de un robo puesto que al estar en venta los vehículos no tenían efectos en su interior, hace que la investigación se centre en dos principales hipótesis: por un lado, en la posibilidad de un simple acto de vandalismo, y por el otro en una presunta revancha contra la persona que los puso en el mercado por algún tipo de cuestión relacionada con la compra-venta. En este sentido, las fuentes consultadas apuntan a la proliferación de negocios presuntamente clandestinos que harían sombra a las empresas legales constituyendo una supuesta competencia desleal que está creando ciertos conflictos en el sector.
Curiosamente, hace solo unos días ocurrió otro suceso de similares características en la céntrica calle Pajarete. En esa ocasión, fueron alrededor de cinco turismos los violentados de una manera idéntica, con los cristales del copiloto fracturados. Sin embargo, existen varios puntos que diferencian sustancialmente un caso de otro, empezando por que estos coches no habían sido puestos en venta y pertenecían a distintos propietarios que no dudaron en denunciarlo enseguida a la Policía. En estos vehículos, además, las personas que causaron los destrozos robaron en el interior, llevándose efectos varios y esparciendo otros de menor valor por la acera.
A pesar de ello, los vecinos declararon no haber escuchado ruido alguno que les hiciera presagiar lo que estaba sucediendo debajo de sus ventanas. En principio, todo parece indicar que al menos dos individuos llevaron a cabo cada uno de estos episodios que, aunque guardan ciertas similitudes y una cercanía sospechosa en el tiempo, no se descarta que hayan sido cometidos por distintas personas movidas por diferentes motivos.