Ya son demasiados
Jerez Actualizado: GuardarLo vemos cada día. Cada mañana nos desayunamos con noticias sobre gente nada honorable que utiliza su puesto de poder, –de más o menos relevancia–, para su propio beneficio o para los que le interese favorecer. La palabra imputado (no quiere decir que sea culpable, claro) la oímos con tanta frecuencia que, ya, nos sorprende nada, ni nadie. Cada vez son más los llamados a declarar. Lo peor es, que vemos como normalizado las graves y rechazables actuaciones de muchos. Demasiados, ya, a los que roza o bien les coge de lleno algún caso de corrupción. El robo de dinero público, el débito a la Seguridad Social o Hacienda, (los demás pagamos religiosamente cada ejercicio y ay si no fuera así), la evasión de capital, los favores por ser quien soy… Y sobre todo esa impunidad con usan, abusan, se quedan o mal gastan el dinero del Estado, que al principio y al final es de todos. Si no que nos lo digan ahora que no hay dinero para nada, ni nadie. Yo me pregunto: ¿el Gobierno no tiene los mecanismos, no conoce los procedimientos para impedir estos desmanes? Primero para prevenirlo y controlarlo. Luego, cuando se ha producido, actuar con la máxima diligencia y prontitud para que el problema no se enquiste y los corruptos sigan engordando sus patrimonios, campado a sus anchas, abriéndosele puertas a su paso, mientras los demás miran para otro lado. El peso de la Ley (que como se está viendo no es igual para todos) caiga sin contemplaciones sobre quienes actuaron al margen de ella. Quienes se aprovecharon de su estatus en la Administración Pública o familia para enriquecerse.