La Belle de Cadix
Actualizado:Rsulta sorprendente comprobar que entre los ciudadanos franceses es habitual que el nombre de nuestra ciudad se conozca por la célebre opereta La Belle de Cadix muy popular entre nuestros vecinos del norte, cuyo papel principal interpretó durante muchos años Luis Mariano, nacido en Irún y exilado tras la guerra civil en Francia donde alcanzó gran notoriedad como tenor y cantante, llegando a ser tomado como un chansonnier, al modo de Chevalier o la Piaf, tal cual la cultura francesa acoge a personajes procedentes de otros lugares, de manera que es común leer cosas tales como 'Picasso, pintor francés nacido en Málaga.'. El libreto de 'La Belle de Cadix' se prepara antes de la guerra europea pero el conflicto acaba por enterrar el proyecto en un cajón. Cuando se apagan las hogueras bélicas y se recupera la normalidad democrática van a renacer con euforia las artes y los espectáculos; el Casino de Montparnasse decide llevar a escena el libreto frustrado, si bien se duda cambiar la escenografía gaditana por la húngara, titulando la obra La Belle de Budapest. Podría haberse repetido la historia del filme Casablanca, pensada en Tánger, ciudad desde donde salía el avión en el que partió hacía Lisboa Ingrid Bergman en el papel de Elsa, y por eso los viajeros que visitan Casablanca quedan decepcionados pues por ninguna parte encuentran el Rick's Café. Pero Luis Mariano como cabeza de cartel elige finalmente en 1945 el título La Belle de Cadix.
La opereta fue muy popular en toda Francia durante los años cincuenta y sesenta, llegando a representarse con éxito hasta los noventa, tanto en Paris como en otras muchas ciudades, y dio lugar a versiones para cine y televisión. El tema presenta un ilustre precedente, el aria 'Les Filles de Cadix' (Las chicas de Cádiz), del músico francés Léo Delibes (1836-1891) inspirada en un poema del prestigioso escritor parisino Alfred de Musset, pieza que aún se interpreta por reconocidas sopranos. No deja de parecer paradójico que el francés medio asocie el nombre de la ciudad más antigua de Europa Occidental a unas deliciosas piezas musicales, más aún que a la batalla de Trafalgar, o al sitio de la ciudad que en estas fechas recordamos, o incluso a la victoria de las tropas francesas en la batalla del Trocadero que se recuerda con orgullo en la toponimia parisina. Las relaciones entre dos grandes y viejos estados fronterizos como Francia y España han resultado más que complejas pero al final queda en la imaginería popular la gracia de la buena música.