«Quizás sabotee mi vida para sentir cosas nuevas»
Matt Elliott acaba de lanzar su último trabajo, 'The Broken Man'. Este año llevará a cabo una extensa gira por diversos escenarios del mundo para presentar su directo y, hasta el momento, ya ha cosechado críticas inmejorables
Actualizado: GuardarEl último trabajo de Matt Elliott, 'The Broken Man', además de deseado e inesperado, lleva camino de ser uno de los más ovacionados por la crítica y el público independiente. La guitarra clásica, protagonista omnipresente en todas las composiciones del álbum, aporta un hilo conductor al conjunto que todavía se recuerda cuando llega el silencio. "Me encanta la guitarra clásica por muchos motivos. Puedo llevarla conmigo adonde vaya. Me gusta que las manos estén siempre en contacto, y que las dos manos tengan cada una su tarea independiente, pero que estén relacionadas entre sí, porque obliga al cerebro a pensar de una manera ligeramente diferente; y por supuesto, me gusta el sonido. La manera en que están dispuestas las notas te obliga a resolver problemas, y esa es una parte agradable de la composición musical". En 'The Broken Man', los sonidos recuerdan a las composiciones del maestro Rodrigo y al bolero de Ravel pasando por las raíces flamencas más tradicionales y el recurrente folk inglés.
La pieza que sirve de obertura 'Oh How We Fell' cambia de tiempo y alterna entre la 'nouvelle chanson' y el vals para terminar en una coda fantasmagórica con voces lastimeras solapadas. Este efecto tan desconcertante no es deliberado, al parecer. "Nunca hay una intención. Las canciones surgen todas de un único tronco; en este caso, una pieza para guitarra clásica. Yo pretendía que este tema tuviera un aire épico, pero ésa es otra cosa buena de grabar un disco, cuando solo tienes la base, y todo lo demás existe en potencia, tienes que esperar a llegar al estudio, y allí lo puedes descargar todo. Fue un gran placer grabar este álbum".
Después de casi 12 minutos de obertura, el siguiente tema de 'The Broken Man', 'Please please please' parece casi una breve plegaria, una súplica en una exhalación. Quien lo escucha puede apreciar algo místico en su composición. Elliott confiesa: "La parte mística de la música me ha atraído y fascinado siempre. 'Please Please Please' fue una canción que escribí poco antes de meternos en el estudio, y mi intención de hecho era incluirla en el siguiente álbum, pero de repente cuajó muy rápido y muy fácilmente, y cuando te pasa eso con una canción es fácil creer en el lado místico de la música, sobre todo en lo que se refiere a la inspiración".
Pero lo espiritual no se queda solo en 'Please please please'. 'Dust flash and bones' parece reivindicar también el estado de desolación del alma tras el desengaño. ¿Algo de esto es biográfico o responde al tópico del 'ubi sunt'? "La mayor parte de lo que escribo es autobiográfico, hasta el punto de que quizás sabotee mi propia vida con el único fin de sentir cosas nuevas; creo que eso lo hacen muchos artistas, y que la vida es finalmente decepcionante. A pesar de que tengo un trabajo estupendo, y todo lo que me hace falta, ciertos aspectos de la vida son decepcionantes. Creo que los humanos estamos diseñados para no estar nunca satisfechos. Casi todo lo que te hace ser creativo es socialmente bastante destructivo, y supongo que eso tiene algo que ver".
'Dust flash and bones', además, tiene un final épico que suena como el eco, pero la guitarra prevalece. Recuerda bastante al 'dance me to te end of love' de Leonard Cohen con aires siniestros, pero Matt Elliott niega la influencia directa. "Me comparan mucho con Cohen y, si te soy sincero, no soy muy fan de él. Creo que tengo un cedé de un directo suyo, que alguien me dio hace algunos años. Sí recuerdo que siendo adolescente vi una vieja película suya tocando; no recuerdo la canción” (se refiere a 'The Stranger Song'), "pero cuando terminó de tocar le caía una lágrima por la mejilla, y eso me impresionó mucho; está claro que había escrito esa canción con el corazón. He intentado escuchar y apreciar la música de Leonard Cohen, pero no he podido, la verdad… quizá más adelante, cuando sea mayor que ahora".
Aire de nocturno digno de Chopin
Pero no todo es espiritual en sus letras. La canción de título imposible 'If Anyone Tells Me It’s Better To Have Loved And Lost Than To Never Have Loved At All, I Will Stab Them The Face' resulta, más bien, algo mundana e irónica. "Odio los tópicos. Ésa frase es una de esas cosas que dice la gente que sencillamente no son verdad, como cuando te hablan de que 'el tiempo todo lo cura'. El tiempo no cura nada. A lo mejor aprendes a vivir con la herida, pero de curarse ni de coña, en mi experiencia al menos. No dejo de pensar que quizá la ignorancia sea de verdad una bendición. Muchas veces es mejor no saber que saber. De todos modos, eso que digo es como un chiste un poco tonto; los ingleses son muy dados a afrontar las decepciones riéndose de ellas. Pero aunque fuera un chiste malo, tenía cierto sentido la primera vez que se me ocurrió".
El piano en este mismo tema de Katia Labèque aporta un aire de nocturno digno de Chopin y rompe los prejuicios que uno se ha formado por culpa del título. No es una canción airada, pero sí tremendamente triste. Más que un lamento, es un aullido.
Elliott se explica: "Este tema se compuso de una forma que yo nunca había considerado antes. Primero improvisé dos piezas largas para piano y las edité las dos juntas, pero no soy pianista (aunque me encanta tocar el piano), y en la interpretación había varios fallos gordos, así que Stephane, de mi sello de discos, sugirió que transcribiéramos la música y le pidiéramos a Katia que la interpretara. Yo conocí a Katia por un buen amigo mío; ya un año antes habíamos hablado de la posibilidad de hacer alguna colaboración, así que fue bastante fácil. Y Katia y su novio fueron muy generosos con su tiempo y sus recursos. Espero poder grabar el siguiente álbum en el estudio de ellos".
Catarsis motivadas y emociones reprimidas
'The Broken Man' parece un álbum lineal con catarsis motivadas, emociones reprimidas, pero coherente en su discurso en conjunto. Sin embargo, cada canción mama de un estilo, una pretensión o una vinculación diferente que la convierte en pieza única. Eso lo que sucede con 'The Pain That's Yet To Come', que varias críticas relacionan con el flamenco, pero también recuerda al folk de origen árabe por su comienzo austero, directo, sencillo, que va in crescendo poco a poco hasta convertirse en una pieza grandilocuente.
Matt afirma: "'The Pain that’s Yet to Come' fue la canción que más me gustó grabar. Es casi vergonzosamente básica, pero en ese sentido funciona muy bien. Estuvo a punto de quedarse fuera del disco. La grabamos en una sola tarde. Todo fue muy rápido. Es realmente un raro placer que las cosas te salgan así. A mí, como es lógico, me fascinan los diferentes estilos de música de guitarra, pero si te digo la verdad mi mayor influencia en lo que se refiere a la guitarra es Filomena Moretti, una guitarrista clásica italiana. Cuando la vi tocar por primera vez, me quedé completamente fascinado. Es una intérprete realmente maravillosa, que parece estar enamorada de su guitarra. Es una auténtica inspiración ver a alguien que sepa tocar así. El flamenco, como es natural, me interesa mucho. Me encantaría tocar por ejemplo esta canción con Paco de Lucía, otro intérprete que tiene una relación muy profunda con su guitarra. De modo que siempre estoy explorando, especialmente entre los intérpretes de más edad, pero fue de hecho la música turca la que me hizo querer alejarme de la escala pentatónica, y tienes razón en que hay una profunda conexión entre la música tradicional del sur de España y la música tradicional árabe, de modo que, en efecto, esa relación está ahí".
No solo hay guitarra en las canciones de 'The Broken Man', pero se echa de menos, después de su proyecto The Third Eye Foundation, algo más de electrónica, o al menos, más explícita porque Matt Elliott asegura que "sí que hay electrónica en el álbum, por todas partes, sólo que en un segundo plano. Hay secciones enteras electrónicas, pero intenté que la cosa fuera lo más sutil posible".
Y, cómo no, hablando de The Third Eye Foundation, también hay que mencionar a su compañero Yann Tiersen. "Sin Yann y la ingeniero Gwen Roujanski, que trabaja con él, este álbum no hubiera sido el álbum que es, eso está claro. Yann me ofreció generosamente su estudio de París, y Gwen puso su tiempo, ocupándose del sonido. Yann no decidió que quería mezclarlo él hasta casi el último momento, así que realmente no estuvo muy presente durante la grabación misma, ni tuvo que demasiado que ver con los arreglos, pero básicamente le dejé las mezclas a él. Yo había hechos algunas mezclas en bruto, y basamos la mayoría de las canciones en ellas. Pero no soy realmente buen mezclador. A medida que uno se hace mayor va siendo consciente de sus limitaciones, y Yann se empleó a fondo. Estuvo mezclando hasta el día de su cumpleaños. Se metió tan de lleno en el álbum que muchas veces hasta lo teníamos que arrancar del ordenador para que durmiera un poco. Yann cuando trabaja se entrega de tal manera que lo da todo de sí, es bastante alucinante verlo, sobre todo para mí, que soy un tío bastante vago".
"Este disco, puede que más que los otros, fue realmente un trabajo de grupo, pero fue un placer grabarlo; también fue una experiencia muy intensa y dolorosa y todo lo demás, pero en general diría que fue el álbum que más me gustó grabar de todos los que he hecho", subraya Elliott.
Escuchar 'The Broken Man' de Matt Elliott, al final, también se convierte en una experiencia intensa y dolorosa, casi tanto como imprescindible.