Decía ser el presidente de un emporio empresarial pero carece de propiedades

Este avispado empresario, que no consiguió colar ninguno de sus proyectos en su tierra natal (Galicia), pero sí en Cádiz, es un ciudadano sin apenas patrimonio pero solo en los papeles. La investigación patrimonial que hizo la Udyco de Sevilla destaca «la ausencia de propiedades» de Dávila Ouviña, pese a que aparece en los órganos de administración de más de 50 sociedades mercantiles.

Sin embargo, a la hora de pedir subvenciones con la promesa de generar empleo en la Bahía, declaraba ser el presidente de un conjunto de empresas con una facturación anual de 40 millones de euros y pedidos de cientos de millones de euros, según recoge el atestado policial. Un emporio empresarial detrás del que está un vecino de A Pobra (La Coruña) que según el Registro de la Propiedad solo tiene un piso y un trastero en su localidad. Aquí no tiene fijada su residencia. Es la sede social de cinco firmas, ninguna de las que recibieron dinero del Plan Reindus para la Bahía.

Dos agentes de la Udyco de Sevilla fueron enviados a Galicia para que comprobaran cuál era en realidad el patrimonio que podía atesorar el empresario. Así descubrieron que Dávila Ouviña vive en una zona residencial de chalés de lujo de A Pobra. Pero los dueños de esa vivienda que constan en el catastro son sus suegros. Este matrimonio de ancianos que para la Policía habrían servido de testaferros son los propietarios de 13 bienes inmuebles. Toda una fortuna en ladrillo que controla presumiblemente Ouviña.