Condenan a dos médicos por dejar morir a dos recién nacidos
CEUTA.Actualizado:Dos médicos del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) de Ceuta han sido condenados a pagar una indemnización de casi 65.000 euros por una falta de homicidio por imprudencia profesional grave, tras ser acusados por los padres de dos bebés de haberlos dejado morir, al no prestarles la debida asistencia médica.
La sentencia fue hecha pública ayer por la asociación del Defensor del Paciente en Cádiz, cuyo abogado, Luis Ortiz Miranda, representó a los padres en el proceso judicial. La resolución judicial condena a los médicos, pero no en el grado que pretendía tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular, al entender que los profesionales habían incurrido en un delito y no en una falta como ha tipificado la jueza.
Los dos médicos se enfrentaban a un año de prisión por un delito de homicidio por imprudencia profesional grave, pero la jueza les ha condenado finalmente por dos faltas de homicidio por imprudencia leve, considerando que existió una negligencia.
De este modo, los médicos tendrán que abonar cada uno una multa de 700 euros, además de una indemnización conjunta para los padres de 64.409 euros, aunque no serán inhabilitados para el ejercicio de la profesión médica.
La sentencia considera que el comportamiento de los médicos no fue el correcto pero ha considerado la existencia de varios factores para reducir las acusaciones.
Los hechos ocurrieron el 30 de noviembre de 2006 en el hospital civil de Ceuta cuando la madre que les ha denunciado dio a luz a dos gemelos, una niña que pesó 490 gramos y un niño que pesó 470 gramos, con 24 semanas y media de gestación.
No eran viables
Según los padres denunciantes, los dos médicos de guardia decidieron que los niños no eran viables y no los metieron en la incubadora ni los alimentaron, pese a las peticiones de la familia para que llevaran a cabo esta atención e incluso la petición de su evacuación a un hospital de la provincia de Cádiz.
Los médicos J. J. Q. y S. O. A. en ningún momento informaron a los padres de la decisión tomada con sus bebés. El fiscal indicó que uno de los bebés tardó en morir 10 horas y el otro 17 horas y media, sin que en momento alguno se les permitiera darles atención médica, ya que se consideraba que eso supondría alargarles la agonía.