La constructora tendrá que arreglar los desperfectos en las viviendas de El Estribo

Tras casi cuatro años de calvario, los vecinos del residencial El Estribo tienen ya en su poder la sentencia que obliga a la empresa constructora de sus viviendas a arreglar los numerosos desperfectos con los que fueron entregadas. La titular del juzgado de Primera Instancia Número Dos considera, según reza en el fallo, que en la urbanización hay «elementos que han sido construidos contraviniendo las normas legales aplicables, las determinaciones y especificaciones del proyecto respecto a calidad y condiciones de los materiales empleados, en contra de las normas de buena construcción, que han dado lugar a la aparición de daños, defectos y vicios constructivos».

De esta forma, la jueza condena a la Unión Temporal de Empresas (UTE) -formada por Imasatec y el Grupo Compás y Gestión- «a ejecutar a su costa las obras necesarias para adecuar, subsanar y corregir los defectos» y, además, a indemnizar a la comunidad de propietarios con 5.298 euros por los gastos del arreglo de parte del cerramiento derrumbado y las derivaciones en viviendas por el mal aislamiento en las cajas de empalmes.

La sentencia, para la que cabe recurso en el plazo de veinte días, cierra un largo proceso de reclamaciones que incluso tuvo que ser ampliado desde la demanda hasta la celebración del juicio. El dictamen de la juez no es baladí teniendo en cuenta que el perito judicial valoró la cuantía de los arreglos en 1,4 millones de euros.

Esta situación ha afectado a 248 propietarios de las 250 viviendas del residencial de VPO ubicado en la zona sur. La promoción tiene problemas de ejecución tanto en el proyecto como en las obras, con defectos en la construcción y el diseño. La consecuencia de todo ello es que las viviendas están llenas de filtraciones, graves humedades, grietas, fisuras, inundaciones de garajes, dimensiones equivocadas en la piscina y los vestuarios y malas calidades (respeto a lo ofrecido en el proyecto) en puertas y suelos, algunos de los cuales se están levantando. La gravedad de las deficiencias era tal que algunos propietarios se vieron obligados incluso a abandonar sus viviendas poco tiempo después de su entrega.