Estrellas de la tele poco antes de morir
Reos chinos participan antes de ser ejecutados en un exitoso programa de entrevistas con el que el Gobierno busca aleccionar a la población
ShanghaiActualizado:La última voluntad de los reos chinos condenados a muerte ya no queda relegada a su ámbito más íntimo. Se ha convertido en un espectáculo televisivo que cada semana es seguido por más de 40 millones de espectadores. Esa es la audiencia del programa ‘Lin xing hui jian’ (‘Entrevistas antes de la ejecución’), la última sensación catódica del gigante asiático.
Cada sábado, la periodista Ding Yu se cuela a la vez en una cárcel y en los hogares de la provincia de Henan –en el centro del país– para presentar el caso de un condenado que espera su ejecución en el corredor de la muerte. Ataviados con un chaleco naranja y siempre esposados de pies y manos, los reos se sientan frente a la conductora del espacio cuando apenas les quedan unos días o incluso unas horas de vida para, según el programa, «buscar su redención».
Porque ahí estriba la razón por la que el estricto Gobierno chino permite la emisión de este programa, más aún si se tiene en cuenta que las autoridades han lanzado una campaña contra el mal gusto y el exceso de entretenimiento en la pequeña pantalla. El objetivo de este espacio es «alertar a la audiencia» de lo que les sucederá si siguen los pasos de sus protagonistas.
Los casos elegidos por los responsables de la cadena nunca levantan simpatías entre los televidentes. Se trata siempre de asesinatos con violencia, como el de un homosexual que violó a su madre tras matarla –hasta la fecha el episodio más visto–, o el de unos secuestradores que acabaron con la vida de una niña cuando supieron que la familia no podía pagar el rescate, o el de una mujer que acuchilló a su marido tras haber sufrido malos tratos durante años. Así hasta más de 200 historias. «Si la gente comprende cuáles son las consecuencias de sus actos, es posible evitar tragedias y eso es positivo para la sociedad», asegura el director del canal provincial de Henan, Lu Peijin, que emite el exitoso programa.
Un largo corredor
China es el país del mundo que más ejecuciones lleva a cabo cada año –más de mil, según Amnistía Internacional– y en el que puedes ser condenado al corredor de la muerte por hasta 55 delitos distintos. Y hasta la fecha no existe un debate generalizado sobre la conveniencia de mantener la pena capital, que cuenta con amplio respaldo en la sociedad.
Muchos de los 226 criminales a los que ha entrevistado Ding reconocen los hechos por los que han sido sentenciados y se arrepienten de ellos. La mayoría sólo desea la compañía de sus familiares en los últimos minutos de vida. En uno de los programas, cuando las autoridades judiciales concedieron a un reo la posibilidad de ver a sus padres después de varios años, el hombre se arrodilló y les pidió perdón. Y antes de que los dos guardias que siempre custodian a los entrevistados se lo llevaran a empellones, la madre le respondió: «Marcha en paz, hijo, son órdenes del Gobierno».
La periodista Ding Yu, conocida ya como ‘la Bella entre las bestias’, asegura que su trabajo le ha marcado. Confiesa que sufre pesadillas a menudo, y en ellas aparecen los presos después de haber sido ejecutados. Incluso ha pensado en abandonar el trabajo, pero ahí continúa, y cada vez con mayor éxito. «Afortunadamente, estás en la cárcel porque eres un peligro para la sociedad», ha llegado a decirle a un condenado.
El programa ha cosechado tal éxito que la cadena británica BBC ha elaborado un reportaje sobre él titulado ‘El factor ejecución’, basado en el documental de la PBS ‘Hombres muertos hablando’. Según se puede ver en los anuncios publicitarios de este espacio, Ding rompe a llorar antes de decir:«He acumulado demasiada basura en mi corazón».