WATSON
Actualizado:Han inventado una computadora que aprende de sus errores, interpreta correctamente las metáforas, capta los dobles sentidos y entiende todos los chistes, hasta los malos. Este ordenador, tan poco elemental pese a llamarse Watson, ya ha ganado un concurso televisivo. Supongo que habrá sido uno del tipo 'Saber y ganar', porque francamente no veo a Watson ingresando en 'Gran Hermano'. Y menos aún, ganándolo. Tiene demasiado disco duro para eso. Dice ahora un ex concursante de GH que en el programa jugaron con su cerebro. Bueno, eso es casi como si la computadora Watson se quejara de que han jugado con su cuerpo... En serio, a estas alturas cualquiera que acepte entrar en esa casa ya sabe que se arriesga a salir mediáticamente trasquilado. Esto es capaz de intuirlo hasta Watson. Aún así, GH se queda 'light' al lado de esos otros 'realities' protagonizados por niñas mega repipis que quieren llegar a artistas impulsadas, y probablemente manipuladas, por sus codiciosas y ultra repelentes madres. El otro día mis ojos se estrellaron contra uno de esos cocursos norteamericanos. En él, una coreógrafa de más de cien kilos de peso (consejos vendo y para mí no tengo) adiestraba con muy mala leche a unas escuálidas, flexibles y moldeables chiquillas en el arte de doblarse por la mitad. Aquello era un West Point con tutú. Y las coreografías destilaban un 'lolitismo' cuasi denunciable. Muchas de esas niñas son hijas de bailarinas frustradas. Qué típico. Por esa misma lógica, pero al revés, Isabel Pantoja que sí ha triunfado en lo suyo no quiere que su hija Chabelita sea artista. Mil velas le pondría ella a la Esperanza de Triana para que la niña tuviera vocación de farmacéutica o de bibliotecaria. Pero nada. Chabelita quiere ser famosa. Que Chabelita quiera saltar a la fama, viendo cómo a su madre y hermano les dan estopa a diario, es algo casi tan incomprensible como que alguien pague por ingresar en GH o que los suizos no quieran más vacaciones. Tres insondables misterios que no los resuelve ni Watson.