'Wakatensiones' en 'Can Barça'
El técnico no cierra su continuidad y desata la rumorología; su poco 'feeling' con el central podría acabar con uno de los dos fuera del Barça La renovación de Guardiola va ligada al futuro de Piqué, según algunos medios
BARCELONA.Actualizado:El barcelonismo lleva meses en un sinvivir. A los culés les inquieta la desventaja con el Real Madrid, que este año no cede puntos en la Liga, pero sobre todo les preocupa el silencio de Pep Guardiola en torno a su renovación. Aunque desde la junta y desde la secretaría técnica del club afirman por activa y por pasiva que no hay inquietud porque Guardiola ya trabaja en el diseño de la pretemporada y en la configuración de la plantilla del año próximo, lo que es un hecho es que a estas alturas de curso, en años anteriores, ya había anunciado la prolongación de su contrato. Y por tanto, nadie en Barcelona se atreve a decir a día de hoy si el técnico de Santpedor seguirá o no la temporada que viene.
Si bien hay fuentes que aseguran que Guardiola podría anunciar esta semana su renovación, el mutismo del arquitecto del mejor Barça de la historia ha disparado la rumorología. Se ha dicho y publicado casi de todo. Desde ofertas del Chelsea o el Inter, hasta que el de Santpedor habría puesto como condición para seguir que la junta retirase la denuncia contra Laporta o que estaría esperando la evolución del estado de su salud de su mano derecha, Tito Vilanova.
Pero hay más. Según Telemadrid, las dudas de Guardiola estarían relacionadas con Piqué. La cadena pública madrileña informó ayer que Guardiola habría pedido a Sandro Rosell la cabeza de Piqué como exigencia para su continuidad. Al parecer, el de Santpedor no quiere al central barcelonés, ya que está harto de sus salidas de tono, sus apariciones en la prensa rosa y su excesiva dedicación a la publicidad. Aunque el Barça desmintió que Guardiola y Rosell hayan hablado de Piqué, lo que no es nuevo es que al técnico no le ha temblado el pulso cuando ha tenido que despedir a alguno de sus ilustres. Para empezar, nada más llegar, se cargó, de un plumazo, a Ronaldinho y Deco. Un año más tarde echó a Etoo, al siguiente, le mostró la puerta de salida a Ibrahimovic y al principio de esta temporada, la cuarta de la era Guardiola, el damnificado fue Bojan.
Que el de Santpedor no se casa con nadie es un hecho y Piqué ya lo ha sufrido en sus propias carnes esta campaña. El primer encontronazo ente ambos se produjo cuando el central forzó la amarilla para no perderse el clásico ante el Madrid. Más tarde, el 5 azulgrana se salió del habitual tono de perfil bajo de las ruedas de prensa blaugranas cuando dijo que al Madrid se le va a hacer muy larga la Liga. La debacle de Pamplona, tras la que dicen que Guardiola estuvo a punto de anunciar su adiós a partir del 30 de junio, le pasó factura a Piqué en Leverkusen, donde vio el partido desde la grada. Al central no le sentó bien, pero guardó silencio. Su posterior expulsión ante el Sporting, hace una semana, desató la tormenta. «La decisión ya estaba premeditada», dijo Piqué, en contra de la norma de la casa de no hablar de los árbitros. Guardiola, cansado, no le defendió. «Ya son grandes para asumir sus responsabilidades», expresó.
El tema, el de su renovación es, en palabras del técnico catalán, «cansino». Pero no por ello, sus jugadores, cuando comparecen en público, aprovechan para pedir a su míster que siga el año que viene. Los últimos en hacerlo fueron dos pesos pesados: Messi e Iniesta. «Estar al lado de Pep es un privilegio. Ojalá llegue ese momento que todos queremos. Estamos encantados con él y esperamos que siga con nosotros, es el sentimiento de todos», dijo ayer lunes el manchego.