Preocupa, pero no asusta
Actualizado:La corrupción aparece entre los problemas nacionales solo cuando hay grandes nombres de por medio. Así ocurrió entre 1994 y 1995, con los sonados casos de Luis Roldán y Mariano Rubio, cuando los estudios mensuales del CIS situaban estos comportamientos ilegales como la tercera preocupación de los ciudadanos, siempre por detrás del paro y las apreturas económicas.
El fenómeno se ha vuelto a repetir ahora, sobre todo por la presencia de Iñaki Urdangarin y el impacto del 'caso Gürtel'. Es, siempre según el CIS, el cuarto problema de España por detrás del desempleo, las angustias para llegar a fin de mes y los políticos y los partidos. Si no hay nombres de relumbrón, la corrupción no quita el sueño a los ciudadanos.
De hecho, no merece ningún reproche político en las convocatorias electorales. Ningún partido las ha perdido por la implicación de alguno de sus miembros en escándalos de ese tipo. El PSOE perdió por la mínima con el PP en 1996, pero la causa estuvo más en el desgaste de cinco legislaturas seguidas de Felipe González que en las corrupción de algunos altos cargos.
El PP tampoco ha sido sancionado ahora por los casos 'Gürtel' o 'Brugal', y está por ver que el PSOE pague la factura por los ERE de Andalucía.