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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy junto a Javier Arenas ayer en un mitin de Almería. :: EFE
ANDALUCÍA

Arenas sopla sobre la hoguera de los ERE

«Lo que han hecho es repartir en secreto el dinero público, solo a los amigos del poder, y tienen que responder», acusa desde Almería Considera que la trama «alcanza a dos presidentes de la Junta» tras el encarcelamiento de Guerrero

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Javier Arenas está encontrando al mejor 'aliado' de su campaña en uno de los otros. Es Francisco Javier Guerrero, que ha pasado a ser 'uno de los nuestros' para los intereses del PP andaluz. El auto de ingreso en prisión del exdirector general de Trabajo ordenado por la jueza Alaya en la medianoche del viernes es una espita más que se suma a la causa de Arenas y los suyos. Las declaraciones del principal implicado en la causa del fraude de los ERE ensanchó la vía de agua por la que se están derramando las posibilidades de frenar la mayoría absoluta popular que se cierne sobre la cabeza de José Antonio Griñán el próximo día 25.

El encarcelamiento de Guerrero despeja más si cabe el camino del aspirante. Arenas lo sabe, aunque pase casi de puntillas por el asunto y con media sonrisa pícara. Su táctica de obviar nombres y siglas del contrario se mantiene. Ni Guerrero, ni Griñán, ni PSOE entran en su dialéctica. Sí lo hace el meollo de la cuestión: los fondos defraudados. En Almería, de nuevo acompañado por su principal ascendente nacional, Mariano Rajoy, dio un paso más en su estrategia de remover las tripas de su adversario. Y cada jornada gira un grado más el ventilador para que la deshonra le salpique. Mide los pasos. Restan doce días largos y tediosos de campaña y hay que dosificar ese caudal de ignominia para purgar en la llaga. El siguiente movimiento se lo marcó la decisión de Alaya. Señalar a la presa. En el estrado del pabellón municipal Rafael Florido de la capital almeriense, ante más de 4.000 fieles simpatizantes y numerosos compañeros del partido del levante andaluz, apuntó a Griñán y su antecesor en el cargo de presidente de la autonomía, Manuel Chaves.

Pidió «responsabilidad política» por un caso «que alcanza a dos presidentes de la Junta» y exigió respuestas. «Dicen defender a los débiles [...] y lo que han hecho es repartir en secreto el dinero público sin que nadie se enterara, solo a los amigos del poder, y de eso es de lo que tienen que responder los dos presidentes», esbozó. Él, como presidente, si llega al poder, tendrá que «responder en el futuro». Por ello, se comprometió a «intentar recuperar todo el dinero que se ha robado», que la Fiscalía Anticorrupción cifra en 933 millones de euros. Con ese fin, constituirá «un fondo social de emergencia para las familias que no tienen ingresos». Ese caudal se nutrirá del dinero que logre recuperar del fraude de los ERE. «El asunto es muy claro: lo que ha salido de la Junta tiene que volver a la Junta», añadió.

Son promesas que pretenden avivar aún más las llamas de la hoguera. El mechero lo puso la investigación judicial. La gasolina, las declaraciones de Guerrero. Arenas y su equipo se limitan a soplar desde lejos para que el fuego no se apague y Griñán sienta cada vez más cerca el calor del escándalo. «¿Qué gobierno hemos tenido?», cuestionó con moderado desprecio.

Ley de Hacienda Pública

Sus propuestas fueron cerrando el círculo de la ovación bajo un juramento público. «Ese asunto no se volverá a repetir porque llevaremos (al Parlamento) una nueva ley de Hacienda Pública: aquí no se gasta un euro sin la firma de los interventores y los funcionarios de la Junta», completó bajo la lluvia de aplausos que su nuevo golpe de efecto buscaba. La 'ERE-novela' quedó aparcada ahí. Hasta hoy, en la sevillana Los Palacios, donde probablemente volverá a oxigenar la pira socialista con algún petardo más.

Almería, como recordó, ayudó al PP a abrazar el éxito en las municipales con un 50% de los sufragios, triunfo que se elevó a la enésima potencia con siete puntos más de confianza en las Elecciones Generales que llevaron a Rajoy hasta la Moncloa hace dos meses. El presidente de los populares andaluces quiere más. Pide «romper ese techo». Aprieta las tuercas porque sabe que un escaño separa el todo de la nada. Por eso, rasca y ensalza la 'marca PP'. Los casos de corrupción política de Marbella, Estepona o El Ejido fueron la llave paradigmática para justificar la necesidad de una mayoría absoluta.

«Cuando hoy se ven todos estos escándalos y momentos de dificultad, los andaluces dicen: 'Que mal, que mal, que venga el Partido Popular'», proyectó. Para Arenas solo hay dos sendas, «el del paro y los abusos, y el de la confianza y la buena gestión». Eso sí, la dosis de prudencia que no falte: «No caigamos en la euforia». El 'aliado' Guerrero ha encendido la hoguera soñada, pero en otras cenizas se esconden otras llamas. El PSOE las ve en otras autonomías.