Alivio a los hipotecados

El Gobierno aprobó ayer el código de buenas prácticas al que podrán acogerse las instituciones bancarias y que tendrá por objeto facilitar la dación en pago a los morosos cercanos a la situación de exclusión social que no puedan refinanciar sus hipotecas. Los bancos y cajas que se acojan a este régimen deberán seguir un complejo proceso para facilitar el pago del crédito concedido, hasta llegar en última instancia al rescate de la vivienda con lo que quedará zanjada la deuda, y a este procedimiento podrá acogerse un sector muy concreto de ciudadanos: las familias con todos sus miembros en paro, sin patrimonio, que hayan de afrontar con la hipoteca una carga financiera que represente al menos el 80% de sus ingresos y que estén adquiriendo una vivienda de menos de 200.000 euros en ciudades de más de un millón de habitantes. Por contraste con el anterior, este Gobierno muestra preocupación por los desheredados de la fortuna prendidos en las redes de una hipoteca irresoluble; sin embargo, bien podía haberse planeado la ayuda con algo más de generosidad, hasta socorrer también a las clases medias que, sin estar al borde de la indigencia, también atraviesan por esta misma causa situaciones desesperadas de grave necesidad.