«Te pintan de color de rosa venir a Alemania, pero al llegar ves lo duro que es»
BERLÍN.Actualizado:Los trámites para recibir la ayuda social en Alemania pueden resultar interminables. Para la joven valenciana Andrea Sáez, de 30 años de edad, arquitecto de profesión, se convirtió en una «pesadilla». Sus escasos conocimientos de alemán la obligaron a pedir a sus conocidos que la acompañaran a la oficina de empleo de Berlín.
Andrea viajó a la capital alemana porque se encontraba en paro y sin otra perspectiva de futuro que seguir en engrosando las listas de desempleo por mucho tiempo. «En la oficina de empleo tienen prohibido hablar en inglés. Te dicen que acudas con un traductor o con alguien que pueda hacer de intermediario», comenta la inmigrante española. «Te piden infinidad de papeles, que en muchos casos tienes que solicitar a España».
La joven se ha sentido un poco «engañada» por los medios de comunicación. Hizo las maletas porque «te pintan de color de rosa el venir a Alemania a buscar un trabajo, pero cuando llegas aquí te das cuenta de lo duro que es». Andrea lleva varios meses intentando abrirse camino en el mercado laboral alemán sin éxito hasta el momento. «Al no conocer el idioma -recuerda- es muy difícil. Y como he visto que esto se podía alargar, decidí solicitar la famosa ayuda social».
La inmigrante recuerda que esa prestación no sólo es un recurso para inmigrantes, sino también para los propios alemanes. «Tengo un par de amigos de aquí que también la reciben. De hecho fueron ellos los que me animaron a solicitarla», relata. Andrea cree que la medida del Gobierno de Angela Merkel es un poco «exagerada». «No creo que se esté produciendo una inmigración en busca de la ayuda social. Yo misma no tenía ni idea de que existía hasta que llegué aquí». «Puede que haya gente -continúa- que se aproveche de la ayuda, pero también hay muchos que la necesitan hasta que encuentren algo».