Guerrero insiste en que la Junta conocía cómo se gestionaban los ERE
El exdirector general niega ante la jueza Alaya en el tercer día de declaraciones haber gastado dinero público en juergas y drogas
SEVILLA.Actualizado:El principal implicado en el caso de los ERE fraudulentos, Francisco Javier Guerrero, insistió ayer ante la jueza Alaya que la cúpula del Gobierno andaluz, con mención expresa al expresidente del Ejecutivo Manuel Chaves y el exconsejero de Empleo hasta 2004, José Antonio Viera, conocían el procedimiento para conceder las ayudas a las empresas. «Sabían y tenían que saber cómo se trabajaba en la Dirección General» y, por tanto, eran conocedores de la discrecionalidad del procedimiento o la fórmula escogida para concederlas. Guerrero volvió a cargar contra el exconsejero de Empleo Viera y su sucesor, Antonio Fernández. Indicó que el primero siguió presionando para conceder ayudas a empresas de una comarca sevillana y que el segundo respetó la planificación porque «había que completarla».
Guerrero se enfrentó a la tercera jornada del exhaustivo interrogatorio al que le sometió la jueza Mercedes Alaya. En un momento dado, y a preguntas de la jueza, con el objetivo dirigir sus críticas a quienes «me disparan para salvar su honorabilidad», lamentó que Viera le tache de «indeseable», que Chaves asegure que no le conoce de nada, o, incluso, que la actual portavoz del Ejecutivo, Mar Moreno, «me ponga a caer de un burro cada vez que puede».
No es drogadicto
Negó haber gastado dinero de las arcas públicas andaluzas en drogas y juergas, como sí que aseguró su exchófer ante la Guardia Civil. «Lo único que me gusta es el Marlboro y los gin tonic de Beefeater de postre. Algunas tardes me tomo uno», se defendió ante la jueza. El imputado explicó que su entonces chófer en la administración, Juan Francisco Trujillo, le pidió ayudas para unas empresas, aunque desconocía que fueran a parar a sociedades creadas por éste, ya que hacía proyectos para empresas que luego pedían subvenciones. Tras aclarar que siempre trató al conductor como «a un hijo», negó haber recibido de Trujillo parte del dinero que percibió o haberlo gastado en fiestas. «Nunca he cogido un duro de nadie», dijo según explicaron fuentes judiciales.
Se refirió a su exsubordinado como una persona «igual de hábil para hablar como para engañar» y consideró que sus acusaciones se pueden deber a una 'vendetta' o revancha, porque fue Guerrero quien propuso su cese por no cumplir los horarios -finalmente fue despedido por «fingir una baja»-, o a que algunas personas le hayan gratificado para aumentar sus acusaciones «y echar mierda contra mí».