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Tribuna

Una reforma laboral no conciliadora

MAMEN SÁNCHEZ
PORTAVOZ ADJUNTA SOCIALISTA EN EL CONGRESO Y DIPUTADA POR CÁDIZActualizado:

A veces pienso que los conservadores se amparan en la crisis para desprotegernos de nuestros derechos. Es una auténtica batalla contra las políticas socialdemócratas. Todo lo público es atacado, todo lo público tiene que ser desmantelado y para ello no han encontrado otra excusa mejor que la crisis. Estamos, pues, ante una revolución, o más bien una involución ideológica muy diferente a lo que hemos estado construyendo entre todos en los últimos años. Curiosamente, el 8 de marzo celebramos el Día de la Mujer y este 8 de marzo se convalida la Reforma Laboral en el Congreso. Si hay un colectivo que se ve gravemente perjudicado por esta Reforma, es precisamente el de la mujer y todos esos derechos que nos garantiza la Ley de Igualdad se ven seriamente amenazados.

Así, la ley socialista da un extenso catálogo de derechos, tales como la adaptación flexible de la duración de la jornada de trabajo, su posible reducción entre un octavo y la mitad por razón de la maternidad y la paternidad; el derecho de acumular las horas de lactancia en jornadas completas, o la posibilidad de que estos dos años serán cotizados por el sistema, y así no se perderán derechos de cara a la futura pensión de la mujer. También se incorporó un nuevo derecho, el de paternidad, con una baja de quince días financiada por la seguridad social. Muchas de las cosas que nos garantiza la Ley de Igualdad vienen recogidas en los convenios colectivos y ya sabemos que con esta reforma irán disminuyendo progresivamente los trabajadores amparados por los mismos. El convenio es la posibilidad de introducir los derechos de igualdad y los planes de igualdad, por lo que retrocederemos en materia de conciliación de la vida familiar y laboral.

Todos estos derechos están en peligro con la nueva Reforma Laboral, ya que la introducción de cambios por voluntad unilateral del empresario permite la modificación de las condiciones laborales. Así será el empresario y no el convenio colectivo el que decida sobre el permiso de lactancia o la reducción de jornadas por cuidado a menores o dependiente, además de los cambios en la movilidad geográfica o la modificación de jornada. Las mujeres serán invitadas a dejar el mercado laboral o a aceptar condiciones que dejan fuera los derechos de igualdad.

Estamos, pues, ante una reforma muy perjudicial para las mujeres. Desde la modificación de los contratos a tiempo parcial hasta la inflexibilidad que se establece en las reducciones de jornada para cuidado de hijos menores. También los cambios en la regulación de los días de lactancia o la desaparición de las bonificaciones de Seguridad Social que fomentaba la reincorporación de la mujer tras el permiso de maternidad o excedencia por guarda legal. A partir de esta reforma, la reducción de jornada por guarda legal solo se podrá llevar a cabo en la reducción de jornada diaria y no semanal o mensual como se podía hacer hasta ahora en algunos casos. Además, si tienes la reducción de jornada por tener bajo tu cuidado a personas dependientes, ahora esa reducción se realizará en función de las necesidades empresariales. Si a ello le añadimos la paralización de la Ley de Dependencia y la paralización del avance del permiso de paternidad, podemos concluir que el PP nos está poniendo a las mujeres muy difícil mantener esos derechos laborales que nos han costado tantos años y esfuerzo conseguir y sobre todo conciliar nuestra vida familiar y laboral.