Las nuevas guías de lenguaje
Actualizado:Los miembros de la Real Academia de la Lengua, junto a otras personalidades pertenecientes a varias Academias hispanoamericanas, acaban de dar la voz de alarma sobre las orientaciones de diversas guías, destinadas a establecer el uso del lenguaje no sexista, publicadas por distintas universidades, ayuntamientos, comunidades autónomas, sindicatos y otras instituciones. Y lo han hecho suscribiendo el informe elaborado a tal efecto por el académico y catedrático de Lengua Española de la Complutense, Ignacio Bosque. Los académicos se quejan, y con razón, de que no se haya contado con la participación de auténticos expertos de la lingüística y de lengua española para decidir si existe o no sexismo lingüístico entre los hispanoparlantes. Pero más allá de esa queja, lo que el informe de la Academia Española pone de manifiesto es que, si se aplicarán las directrices marcadas por esas especies de guías-manifiestos, nos sería imposible hablar, y por consiguiente comunicarnos, con una mínima coherencia y con la lógica economía del lenguaje, al obviarse la realidad de la lengua común que compartimos tantos millones de personas. Del análisis de las diferentes guías, solo una de ellas pasa la criba académica. El resto, entre otras muchas cuestiones, no solo censura el uso del genérico masculino sino que recomiendan evitarlo en todos los casos. Ya saben, prohibido utilizar términos como 'profesionales', 'becarios', 'estudiantes', 'desempleados', aunque, con respecto a este último término, que bueno sería que pudiéramos, de verdad, eliminarlo por completo del diccionario. Las recomendaciones de las guías no solo llegan a infringir aspectos gramaticales básicos y eliminan matices que cualquier estudiante (perdón, persona que estudia) de enseñanza media debería conocer, sino que, como se deduce del informe de la Academia, se carga de un plumazo toda la lógica aristotélica. A partir de ahora, siguiendo lo que se establece en esas guías, se pueden sacar conclusiones incorrectas a partir de premisas verdaderas y, como denuncia la RAE, deducir que aquel que niegue la conclusión incorrecta estará negando también las premisas verdaderas. Será necesario, por tanto, reinventar la Lógica en nuestro país. Teniendo en cuenta que muchas de esas guías están amparadas por responsables (perdón, personas que tienen la responsabilidad) e instituciones educativas, ¿a alguien le sorprende que estemos a la cola en el Informe PISA?