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Rajoy replica a Europa que España sí cumple sus compromisos
Guindos recuerda a las comunidades autónomas que el ajuste a realizar este año es ineludible
MADRID. Actualizado: GuardarEl presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dejó clara ayer su disconformidad con quienes le acusan, en Bruselas o en el interior, de vulnerar el pacto de estabilidad al fijar una meta de déficit para 2012 del 5,8% del PIB, objetivo mucho menos ambicioso que el 4,4% comprometido ante la Comisión Europea. España, replicó, atiende «escrupulosamente» sus compromisos en materia de consolidación fiscal y «no tiene por qué pactar» con Bruselas el desfase de este año, aunque sea muy superior al anunciado por el anterior Ejecutivo.
«Estamos cumpliendo nuestros compromisos», reiteró Rajoy tras repasar sus próximas citas con la UE. En abril presentará a la Comisión el plan de estabilidad -que mantiene el objetivo de alcanzar el 3% de déficit al cierre de 2013- y el plan nacional de reformas. Bruselas lo evaluará en mayo y elevará una propuesta para su discusión en el Consejo Europeo de junio.
«El Gobierno que presido sigue considerando imprescindible volver a la senda de cumplimiento del déficit público; por eso hicimos en diciembre una reducción de 1,5 puntos», subrayó el presidente en alusión al ajuste de 15.000 millones que incluía subidas de impuestos y recortes de gastos. Rajoy se declaró «muy tranquilo» porque España cumplirá este año sus objetivos en materia de reducción del déficit estructural.
Pero eso no puede interpretarse como que «uno hace lo que quiere», recalcó el jefe del Ejecutivo. «Uno no hace lo que quiere, sino lo que le parece sensato, lógico y razonable», afirmó en una comparecencia conjunta con el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
Rajoy echó mano de su habitual dialéctica para no desvelar si ha pactado con algunos líderes europeos la relajación del ajuste previsto para este año. «Yo ni pacto ni dejo de pactar, yo y el Parlamento nacional hacemos lo que nos parece bien y luego seremos evaluados en abril junto al resto de países», explicó. A renglón seguido, se declaró «absolutamente convencido» de que podrá llegar con Bruselas a conclusiones «sensatas y razonables».
El presidente dejó claro que las comunidades autónomas, que mañana acordarán con el Ministerio de Hacienda un límite de déficit del 1,5% para este año, «también tienen que hacer un esfuerzo importante», lo mismo que los ayuntamientos. De cara al Consejo de Política Fiscal y Financiera, y ante la eventualidad de que algún territorio pueda pedir la flexibilización de las exigencias, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ratificó que el ajuste presupuestario es «imprescindible», porque «todos remamos en el mismo barco» y se impone una distribución equitativa del peso del ajuste.
Estructural
De Guindos insistió en que la previsión de reducción del déficit es de 2,7 puntos de PIB, hasta alcanzar este año el 5,8% de esta magnitud, y cuantificó el recorte en 29.000 millones de euros, de los que 15.000 millones corresponden al paquete ya aprobado el pasado diciembre. Esa es la cifra final que figurará en los Presupuestos de 2012, reiteró durante la conferencia inaugural del Encuentro Financiero organizado por Bankia.
Matizó De Guindos que este impacto es el neto que ya toma en cuenta dos tipos de desfases, el estructural, que corresponde al incurrido por los gastos esenciales de las cuentas públicas, y el coyuntural, generado por el aumento de costes de la protección y el descenso de los ingresos que se produce en tiempos de crisis. Y explicó que el ajuste del déficit estructural asciende a 3,5 puntos de PIB porque hereda la parte de sacrificio que no llevó a cabo el Gabinete socialista anterior.
Abundando en los argumentos del presidente, defendió que la reducción del déficit «se adapta al espíritu y a la esencia de las recomendaciones de Bruselas».
El responsable económico defendió los ajustes como única forma de afrontar una crisis que ya dura cuatro años, que está siendo la más profunda de la historia reciente, y de la que no hemos llegado a recuperarnos en ningún momento.