LA HISTORIA DEL AFRICANO
Actualizado:Como irse de crucero se ha puesto muy peligroso os voy a recomendar una excursión con mucho menos riesgo, pero muchísimo más divertida, a La Línea. El único problema de la excursión es que hay que madrugar y hacer el viaje adesayunado, es decir, sin haber consumido desayuno.lo comprenderán.
Muchas veces buscamos paraísos lejanos, cuando los tenemos muy cerquita y uno de esos paraísos es pasar una mañana en La Línea conociendo los alrededores del mercado.
Recomiendo hacerlo en sábado porque la zona está especialmente animada. El coche no me lo dejes cerquita para pasear un poquito. Digo que hay que ir adesayunado porque es imprescindible empezar la mañana visitando el Bar Francis, situado en una de las paredes del mercado. Es el típico sitio de bulla matutina. De fondo suenan coplas de Carnaval. En el techo una colección de gorros que los clientes le han ido regalando a Francis Trujillo, el propietario. Lo suyo es pedir un africano para desayunar.no se me emocione el lado sátiro, el africano es un bocadillo, bollo africano lo llaman por allí y consta de un viena de tamaño generoso que va relleno de un bisté de pollo o de cerdo, a elegir y luego lleva cebollita frita a fuego lento (confitada le dirían los finos) y un buen pegotón de mayonesa.
El bocadillo ha sido siempre un «reconstituyente» para los que han pasado la noche de juerga y, a las siete de la mañana, acudían a por el africano para tener fuerzas para acostarse. Pero con el tiempo, el bocadillo, que está más bueno que un fresón de Conil en su punto de madurez, se ha convertido en un plato típico del Campo de Gibraltar. Francis, cuenta que hace dos décadas un grupo de senegaleses acudía cada día a su bar a desayunar para luego irse a trabajar. Veía como cuando le ponía los bocadillos de bisteles a los africanos, estos sacaban unos sobrecitos y le echaban algo por encima. Un día les preguntó, y a los pocos días los senegaleses, con esa sonrisa que tienen tan expresiva, le trajeron un tarro de su «pócima mágica», una mezcla de curry, pimientas negra y blanca y comino, que habían aprendido a hacer en su país. Así nació el africano, arrejuntando la pócima de Senegal con los bisteles de vuelta y vuelta de Francis.
Pero el hostelero linense le puso su toque y le añadió el mojo picón que había aprendido a hacer en el bar de sus hermanos, Carlos y Eduardo, otro sitio que hay que visitar en la mañana para probar sus tapas. Así es posible pedir el africano, con o sin «furruño» como se le llama al mojo «por la cara que pone la gente cuando lo prueba». La última variedad bocadillil del africano es "la patera" que es cuando el bisté aliñado con la salsa se coloca sobre una tortilla liá. No es de extrañar que cuando sales del Bar Francis sales satisfecho y contento, porque no sólo has comido, sino que te has reido, un ingrediente fundamental en estos tiempos.
Luego de visitar el mercado, una paradita en el curioso puesto callejero de pulpos asados de José Moreno 'El Periquene' y si todavía es capaz de comer algo pregunten por la «japonesa» el dulce típico de La Línea, una versión local de un donut relleno pero sin boquete. Se me acaban las líneas, pero mejor que vayas y lo veas, dejaté de Costa Crucero, muchísimo mejor Costa La Línea.