«Alguno venía con maleta de ruedas»
Jesús Calleja sube a un puñado de urbanitas a 7.000 metros en la nueva aventura de Cuatro: «Nos cayó cerca una avalancha»
Actualizado:Que no despiste el buen rollo y la sonrisa que no se le borra ni con los sustos. Jesús Calleja (León, 1965) no acaba de llegar de una excursión del colegio ni de un paseo por el monte con amigos. El aventurero se ha llevado a un puñado de urbanitas a la ‘Barrera de la muerte’, el campo 3 del Everest, 7.300 metros de altura, 30 grados bajo cero. Cuatro estrena esta noche (22.30 horas) la última locura del leonés.
– Una profesora de danza, un abogado, una fisioterapeuta... Y todos sin experiencia en la montaña. ¿Quién está más loco, ellos o usted?
– ¡Ellos! La ignorancia es buena en este caso. Queremos demostrar que querer es poder. Pero antes han tenido cuarenta días de preparación física y mental y solo dos subirán conmigo. Hay una formación previa y una selección natural, porque alguno venía con una maleta de ruedas y un neceser lleno de cremas... Puse el listón muy alto.
– ¿El contratiempo más serio?
– Cayó una avalancha tremenda muy cerca y ha habido tormentas violentas de viento. El lugar es muy hostil y la aventura, trepidante. Proporcionamos la máxima seguridad, pero tampoco es una seguridad del cien por cien.
– A 7.000 metros uno no podrá hacer ni cosas básicas.
– Te falta un 70% del oxígeno, como si te quitarán un pulmón y parte del otro. Haces las necesidades en el hielo, el estómago se te cierra, duermes fatal y tienes pesadillas y apneas. La altura provoca depresión y ansiedad y te mata, es como un contador de tiempo. El desgaste pone el cuerpo a un estrés tremendo. No se puede estar mucho tiempo a esas alturas.
– ¿Cómo celebra las cimas?
– No tengo un ritual especial. He llorado en muchas montañas de emoción, otras veces de alegría...
– ¿Cuánto tarda en hacer una mochila?
– La podría hacer en diez minutos, pero soy muy perezoso. Voy dejando las cosas en la alfombra y suelo tardar dos o tres días.
– ¿Nunca se olvida?
– De la navaja, de la brújula y del mapa.
– ¿Un capricho?
– Siempre llevo chocolate y cecina de León.
– ¿A esas alturas ya le sienta bien la cecina al estómago?
– ¡Soy de León, encajo lo que haga falta!
«Corro hasta seis horas»
– Se llevó de paseo a Zapatero. ¿Ya ha invitado a Rajoy?
– Lo de Zapatero lo hice porque habíamos sido vecinos de la misma casa, nos separaban solo dos pisos. Le invité porque era un vecino y quisimos hacer un homenaje a los montañeros. La situación fue cómica pero divertida. Claro que tampoco diré de este agua no beberé.
– ¿Cuántas noches al año duerme en su cama?
– Paso nueve meses fuera y cuando estoy por aquí me marcho a entrenar, a Picos de Europa... Eso sí, en cuanto regreso no perdono una buena ducha, una cena y una tumbada.
– ¿Cómo de exigente es su entrenamiento diario?
– Corro todos los días, hora y media o dos. Algún día, hasta seis horas. Y escalo mucho.
– ¿Cuántas ‘heridas’ de guerra le adornan el cuerpo?
– Muchas. Me he roto los hombros, las costillas, el cúbito y el radio siete veces...
– Hay muchos montañeros a los que no les gusta lo que usted hace en la tele.
– Cuando estás en televisión no puedes gustar a todos. A lo mejor no les gusta la filosofía del programa, tampoco está enfocado a los montañeros.
– ¿Se siente un super hombre?
– No. Ni soy el mejor alpinista, ni el que mejor bucea, ni el que mejor corre, ni el que mejor pilota avionetas. Si me comparas con el mejor en cada cosa no te voy a gustar, pero es difícil hacer tantas disciplinas variadas.