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La calle Honda, donde casi la mitad de las tiendas han bajado la persiana, es sin duda una de las más afectadas por la coyuntura económica. :: JUAN CARLOS CORCHADO
Jerez

EL COMERCIO LANZA UN SOS

La crisis, la competencia de las grandes superficies, la conflictividad social y la huelga de autobuses se llevan por delante decenas de negocios en pleno centro, castigando a un sector que no ve la luz al final del túnel

ENRIQUE ESTEBAN
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El centro de Jerez se ha convertido en un castillo de naipes. La crisis, las alarmantes cifras de paro a punto de alcanzar los 35.000 desempleados, la elevada conflictividad social con continuas manifestaciones de empleados municipales, la huelga de autobuses que está a punto de comenzar su sexta semana, las restricciones del crédito por parte de las entidades bancarias, la competencia de las grandes superficies en una ciudad saturada... Una tormenta perfecta donde todos los factores parecen haberse conjurado contra el comercio. El resultado, numerosas tiendas de todos los sectores cayendo como fichas de dominó sobre un tablero, el casco histórico, que se está quedando semidesierto.

«Es increíble, ahora mismo hay más tiendas cerradas que abiertas», señala Álvaro Campelo, propietario de la mítica tienda Mala Música, en la calle Medina, que resiste contra viento y marea los envites de la recesión y la piratería. «No podría decir cuántos negocios han echado el cierre porque es un goteo constante a ritmo galopante, es imposible seguir la cuenta», afirma sin esperanzas en el horizonte sobre cuándo esta tendencia tocará al fin fondo. «Lo peor de todo -añade- es que los locales no se renuevan, antes al menos cuando uno se iba lo cogía otro nuevo».

Solo en los últimos tiempos, seis comercios han bajado la persiana en la calle Medina. Algo lógico, teniendo en cuenta que la caída de ventas desde el inicio de la crisis oscila entre el 40 y el 50%.

No más suerte tienen Honda, Arcos, Algarve, Larga, Lancería, Évora o Doña Blanca, por citar otros escaparates del centro histórico que son un triste reflejo de lo que fueron en cuanto a actividad económica. Aunque el centro comercial Los Cisnes se lleva la palma, Honda puede ser quizá la calle donde más cierres se han producido por metro cuadrado.

El otrora portavoz de los comerciantes de Honda, Federico López Tejedor, enumera una decena de comercios que se han venido abajo con la crisis frente a 20 que quedan abiertos. En su caso, los trajes de ceremonias aguantan, aunque lógicamente se vende menos, porque «hemos pasado de seis bodas entre el viernes y el sábado a una y...», apunta. Sumando los de otras arterias del casco histórico, se atreve a aventurar que la recesión se ha llevado por delante a más de un centenar de tiendas.

El portavoz de la asociación de comerciantes Asunico, Manuel García, reconoce que la situación es crítica por los motivos señalados, aunque arroja algo de luz: «Hay gente que se queda sin trabajo y se está aventurando a abrir negocios como alternativa, por lo que también se crea actividad». García alaba los esfuerzos del gobierno local por solventar la situación, si bien señala que hasta que la plantilla no cobre y se solucionen conflictos como el del transporte va a ser complicado salir de la espiral.

Por su parte Fernando García, presidente de Acoje, admite que los cierres se están produciendo a un ritmo «vertiginoso» en algunas calles y aduce los mismos motivos. La Navidad y las rebajas han sido la puntilla y, encima, hay lugares en los que los alquileres son muy altos. Solo algunos negocios, como aquellos de productos perecederos, se libran, mientras los comerciantes aguantan como pueden: «Hemos recortado los gastos al máximo, ahora se trata de sobrevivir». Los que lo consigan, desde luego, saldrán reforzados.