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«Si un toro me va a plantear problemas lo va a hacer igual con dos ojos que con uno»

Juan José Padilla se prepara para saltar mañana al ruedo en Olivenza tras su recuperación

L. V. / EFE
CÁDIZ.Actualizado:

Se aproxima el momento. Han sido varias semanas de sufrimiento, incertudumbre y angustia, pero el trabajo, el tesón y el esfuerzo que Juan José Padilla ha mostrado tras la gravísima cogida que tuvo el 7 de octubre en la que perdió la visión de su ojo izquierdo le va a permitir volver a vestirse de luces y enfilar con su capote al toro. «La pérdida de visión de un ojo no supone una limitación para torear, sería un inconsciente si no hubiera hecho mis pruebas para comprobarlo. No reaparecería si viera mis facultades limitadas, por respeto a mi profesión», aseguraba ayer durante una entrevista concecida a ABC Punto Radio.

«Está todo superado. He llevado a cabo una recuperación muy intensa y ahora me toca disfrutar y compartirlo con todo el que me ha apoyado. No veía lógico aparcar mi carrera y Dios me ha dado esta nueva oportunidad. Estoy preparado y si un toro me va a plantear problemas lo va a hacer igual con dos ojos que con uno. Soy una persona que tiene la sensibilidad a flor de piel, pero ya hace algunos meses que no lloro gracias a Dios», explicó el jerezano durante su charla con Melchor Miralles

El diestro lleva días atendiendo a los medios para tranquilizar a la afición y demostrar que se encuentra en perfectas condiciones. El jueves hacía unas declaraciones a la agencia Efe donde afirmaba: «El corazón, los riñones, todo está al cien por cien. Si no fuese así no volvería, por respeto a la profesión y a mi familia».

De hecho, en los entrenamientos en el campo a base de tentaderos y toros a puerta cerrada desde que los médicos intuyeron que podía alcanzar otra vez los niveles de fortaleza física y mental que tenía antes del percance, el torero ha respondido como «un ciclón», según proclama su propio nombre artístico: fuerte, ágil y «con ganas de arrasar».

Su estado de ánimo, a decir de la familia, la cuadrilla y los amigos que han seguido muy de cerca esta nueva y dura puesta a punto, se corresponde con esa capacidad de resolución tan absolutamente necesaria para estar delante de la cara del toro. «Es seguro que puedo. Y lo voy a hacer con la máxima responsabilidad».

Es asombroso el enunciado del torero para volver a ese mundo que estuvo a punto de quebrarse para él definitivamente, desde la convicción de que «el sufrimiento es parte de la gloria. Y ahora estoy más contento que nunca. Gracias a mi mujer, Lidia, y a mis dos hijos. A los profesionales y la gente que me espera».

A los mensajes de aliento de los compañeros, y como respuesta a la expectación que se ha creado entre la afición y el gran público, Padilla corresponde con frases que son auténticas sentencias, a la espera de hacer realidad el deseo de volver a vestirse de luces.

Y de ahí que, mañana, en Olivenza, cuando asume por el portón de cuadrillas para pisar el ruedo, lo primero que haga sea «mirar al cielo», agradecido por «esta nueva oportunidad».

Vestirá «de verde y oro -adelantaba-, el color de la esperanza», por tantas cosas como todavía anhela. Cosas buenas que tiene la profesión de torero, como se aprecia en la personalidad de Padilla.