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Un regidor prepara al público presente en el plató en una de las ediciones de 'Operación Triunfo'. :: MARTA BECERRA
Sociedad

Animadores del plató

Los regidores son clave en los programas con público. «La gente lo pasa en grande, pero a veces hay graciosos que te lo chafan todo»

MICAELA GONZÁLEZ GARCÍA-VAQUERO
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Algunos de los concursos con más audiencia de la programación televisiva no tendrían ninguna gracia sin el papel del público. El buen rollo, la diversión y el desenfado que transmiten hacen que al encender la tele más de un telespectador piense: «¡Yo quiero estar ahí!». Pero participar en estas grabaciones no es siempre jauja, es una tarea que requiere de altas dosis de concentración y organización. «Un solo fallo puede malograr un día entero de trabajo, lo que se traduce en perder mucha pasta.», cuenta uno de los profesionales que hacen posible el espectáculo. Los regidores son así de conscientes de la importancia de su misión en los platós. Su cometido: coordinar todos los elementos para que el resultado sea tan bueno como se aprecia desde el sofá de casa.

Un caso especialmente llamativo de la parrilla actual es el de 'La ruleta de la suerte', el programa de Antena 3 que presenta Jorge Fernández de lunes a viernes. «Al público se le paga para que venga a participar, esto es un trabajo divertido, pero serio y algunos se lo toman a risa», comenta su regidor, José Luis Sánchez-Prieto. «Antes de cada grabación les echamos la charla: apagad los móviles, no se puede chivar respuestas ni levantarse de repente o hacer cosas raras, las reglas son sencillas». En este concurso, el público tiene un papel protagonista, por eso hasta ensayan su actuación antes de encender las cámaras. «Cantan canciones, hacen la ola. Se lo pasan en grande. Pero alguna vez que otra he tenido que echar a alguien del plató». Como en casi todos los grupos más o menos numerosos -en el caso de 'La ruleta', unas 100 personas- siempre hay un gracioso al que le gusta dar la nota. Revela Sánchez-Prieto que alguno se dedica a saludar a los que están en casa, a repartir collejas a los que tiene delante o incluso a chafar el final del programa gritando la respuesta del último panel, en el que el concursante se juega un coche. «Ha ocurrido en dos ocasiones y claro, hubo que repetirlo todo y cuesta mucho dinero».

Mareos y desmayos

Pero también hay otros aspectos más técnicos ligados al papel que juegan en televisión. A Óscar Rubio, regidor de 'El Intermedio' (La Sexta), le encanta su trabajo, aunque admite que no siempre es fácil. «Tengo que predecir lo que va a ocurrir, organizar al equipo, animar al público. Y siempre manteniendo la calma. Los programas en directo como el del Gran Wyoming son los más divertidos y más con él, que es un perfecto 'showman', pero a veces surgen imprevistos».

Además de dirigir al público, el regidor funciona también como los ojos en el plató del realizador del programa, que es el encargado de elegir los planos y las imágenes que se emiten. «Estamos comunicados con todos los operarios mediante auriculares y escuchamos unas quince voces a la vez, ¡es una locura!». Por eso, en ocasiones tienen que alzar el tono para hacerse oír por encima del barullo. «No saben si llamarnos regidores o rugidores».