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Los comerciantes del mercadillo piden que se cierre el grifo de las licencias

A. ROMERO
BORNOS.Actualizado:

Jornada de jueves, día del tradicional mercadillo semanal de Bornos o como se le conoce en el pueblo 'El Corte Inglés'. Los comerciantes llegaba a la localidad como cualquier otra mañana pero decidieron no montar los puestos y trasladarse al Ayuntamiento para protestar por la concesión de nuevas licencias en el último trimestre. Allí fueron recibidos por el alcalde, Juan Sevillano, y obtuvieron el compromiso de que «no se darán nuevas licencias», apuntaron desde el Ayuntamiento.

El Ayuntamiento reconoce que en los últimos meses ha entregado 24 licencias más a comerciantes que estaban interesados en participar en el mercadillo, pasando de 77 a 101 puestos. Los comerciantes consideran este número «excesivo para una población de 8.000 habitantes, por lo que se pone en riesgo la viabilidad de los negocios», destaca Fernando Barbero, portavoz de los mismos.

Ellos recuerdan que en poblaciones del entorno la concentración de puestos es mucho menor. En Villamartín aseguran que hay 70 puestos para 12.000 habitantes, en Arcos 120 para 32.000 y en Puerto Serrano unos 50 para unos 7.500 habitantes. Además, dieron a conocer al regidor que «aunque la afluencia de público al mercado no ha descendido, con la crisis estamos notando una bajada de hasta el 60% de las ventas», apuntó Barrero.

El portavoz de los comerciantes destaca que la situación de este sector es «complicada» y «hay días que salimos robados por salir a trabajar». Recuerdan que en un mercado como en Bornos pagan unos 140 euros al trimestre y 90 euros anuales de basura, además de hacer frente a pagos como los del seguro de autónomos y la gasolina que a diario emplean para desplazarse a los pueblos a vender y para ir a comprar el género. Además, muestran su malestar por el «excesivo» control que aseguran que tiene las administraciones con ellos «mucho mayor que con las tiendas», destaca Barrero.

Con respecto a Bornos, ayer también arrancaron el compromiso del alcalde de que se podrá ampliar un par de metros lineales aquellos puestos que lo hayan solicitado. La improvisada reunión concluyó a las 11 de la mañana y ya la mayoría de los comerciantes no montaron su puesto «aunque otros tuvieron que hacerlo para tratar de vender algo, porque incluso necesitaban dinero para poder echar la gasolina de vuelta a casa- pueblos de Cádiz y Sevilla-», destacó el portavoz de los comerciantes ambulantes.