La nueva vida de Ricardi

Rafael Ricardi es libre desde hace tres años, desde que una prueba de ADN certificara el error que le había tenido encerrado 13 años en la cárcel. Ahora, con los verdaderos culpables de las dos violaciones que él jamás cometió, en prisión, y tras la lucha mantenida junto a sus abogados para que la justicia pague tanto tiempo a la sombra, ha conseguido que la Audiencia le conceda una indemnización de un millón de euros, un dinero que sabe «muy amargo», como él mismo dice.

Continúa desayunando en el Bar San José. En el de siempre, en la Ribera de El Puerto. Pero ahora la sonrisa de Rafael es otra. Se rodea de la misma gente. Entre ellos, su hermano, quien se hará cargo del control de su dinero, como seguramente ordene la Fiscalía. Le gusta pasear por el Parque Calderón cada mañana como hacía recién recuperada la libertad. Pero ahora tiene casa «con garaje y todo», moto y coche. Y sobre todo, ve la vida con optimismo y con la alegría que le robaron un día.