Los alumnos se niegan a desalojar la Universidad de Barcelona
Nuevas acciones de sabotaje contra dos sucursales bancarias en la segunda jornada de protestas
BARCELONA.Actualizado:Las movilizaciones que los universitarios iniciaron el miércoles para protestar contra la subida de las tasas y contra el recorte de personal van a prolongarse unos días más. La asamblea de los cerca de 300 universitarios que se han instalado en el edificio de la Universidad de Barcelona (UB), en el centro de la ciudad, decidió ayer mantener la reclusión al menos hasta el domingo.
«Hemos decidido quedarnos y resistir ante el peligro de desalojo. Queremos organizarnos y continuar la lucha», dijeron los portavoces estudiantiles. Con su encierro, los universitarios, desafiaron al rector, que horas antes reclamó al Departamento de Interior de la Generalitat que desocupara el edificio. «Hemos pedido la intervención policial y ahora será la Consejería la que decida cuándo intervenir», señaló el adjunto al rector, Carles Carreras. El consejero de Interior, Felip Puig, afirmó que hará efectivo el desalojo, aunque no dijo cuándo.
Mientras, en la Universidad Autónoma de Barcelona, en Bellaterra, el otro epicentro de la protesta estudiantil en Cataluña, un grupo de alumnos volvió a dar rienda suelta a la violencia, de la que sus compañeros en los diferentes campus se desmarcaron durante todo el día. Los actos de sabotaje se produjeron al mediodía, cuando un centenar de estudiantes participaban en la segunda jornada de protestas. Durante una marcha por el campus de Cerdanyola del Vallès, en Barcelona, lanzaron piedras y rompieron los cristales de dos sucursales bancarias situadas en el interior del recinto universitario. Además, los alborotadores llenaron de pintadas las paredes de ambas cajas de ahorro. El equipo de gobierno de la UAB informó que denunciará a los autores ante los Mossos d'Esquadra .
Detenidos
Y es que las escenas hicieron temer que se repitiera lo vivido un día antes por el centro de la ciudad de Barcelona, que se convirtió en una batalla campal -hasta fue portada en 'The New York Times', cuando los agitadores provocaron desperfectos en el mobiliario urbano que el ayuntamiento ha tasado en 18.000 euros. Durante la jornada de protesta estudiantil del miércoles, la policía detuvo a 12 jóvenes, 11 de los cuales salieron este jueves en libertad.
Todos ellos están acusados de desórdenes públicos, daños al mobiliario urbano, quema de contenedores y agresiones a los agentes policiales y formarían parte, junto a los que la Policía podría detener próximamente a partir de las imágenes captadas en la manifestación, de un grupo de 500 jóvenes identificados por lo Mossos como profesionales del alboroto y expertos en reventar cualquier manifestación pública.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, lamentó ayer desde la ciudad marroquí de Casablanca los incidentes y advirtió que aunque «la protesta civilizada es legítima, hay límites, y algunos los han sobrepasado». «No hay derecho a que se destruya el mobiliario urbano ni los bienes públicos ni se coarte la actividad del resto de ciudadanos, que al fin y al cabo son la mayoría», dijo. Mas hizo un llamamiento a los colectivos convocantes «para que entiendan la situación». «No se toman decisiones difíciles e impopulares por capricho», remató.